¡¡ PENSEMOS... !! ¡¡ REFLEXIONEMOS... !!
Hace mucho tiempo (y hoy día también) en los albores de la
humanidad, existieron quienes manipularon y dominaron la mente y corazones de
los hombres utilizando una magnífica herramienta: el temor.
Para ello, utilizaron formas
grandilocuentes del verbo, mediante las cuales -entre otras cosas- proyectaban
dantescas imágenes de cuanto sucedería a aquellos que no obedecieran sus
mandatos, erigidos como leyes de Dios.
Muchas de estas formas de manipulación han sobrevivido los
tiempos. No obstante, sus efectos no son ni mucho menos los mismos: en el mejor
de los casos solo logran estimular la morbosidad y la especulación.
En la mayoría de nosotros (cuyo camino se dirige al otro extremo)
ya no es tan sencillo temer y sentir fe ciega, pues "algo" VE y
SIENTE con otra perspectiva, aún cuando persistan los "profetas" en
su deseo de convertir al hermano con los mismos argumentos de hace más de dos
mil años.
En la actualidad es más sencillo infundir temor con la amenaza
de una guerra nuclear entre potencias económicas que con la posibilidad de
recibir un manotón de la furia divina. El hombre teme más a la desolación y al
hambre que a la profecía que mienta que se levantarán los muertos de sus
tumbas. Reaccionamos mejor a la amenaza de perderlo todo (padres, esposos,
hijos, salud, bienes, etc.) por causa del enfrentamiento de unos pocos con
poder material que a la visión de un apocalipsis.
En otras palabras, nuestros temores son mucho más concretos y
pudiéramos decir que hemos comenzado a intuir que dependemos de nosotros
mismos.
¿Es falso acaso que, en momentos de profundas crisis internas,
llegamos a sentirnos casi ridículos al arrodillarnos para gemir ayuda a un Dios
que está fuera de nosotros? ¿Cuántos no hemos paladeado la frustración y la
impotencia confesando a otro hombre nuestras angustias, en momentos en los
cuales obramos guiados por preceptos impuestos desde nuestro nacimiento? ¿No es
por ello que estamos aquí? ¿No es cierto que buscamos una RESPUESTA, aunque desconozcamos
exactamente de qué se trata?
Podemos afirmar que ha germinado por fin la certidumbre de ser
dueños de nuestro propio destino. Sin embargo, nadie nos ha enseñado cómo es
sostenerse sobre nosotros mismos, con todo el inmenso peso que esa
responsabilidad significa. Es por ello que estamos aquí, todavía con ganas de
que se nos diga qué debemos hacer y hacia donde debemos ir: ¡cuantos de
nosotros esperamos que se tomen las decisiones por nosotros mismos? ¿cuántos estamos
dispuestos a obedecer, facilistas y evasivos? Empero, SABEMOS que ésta no es la
verdad.
Hemos aprendido que no podemos esperar milagros, sin participar
conscientemente en nuestras vidas. También hemos aprendido que el INDIVIDUO es
importante en cuanto al trabajo de desarrollo individual, empero es inútil
mantener el individualismo cuando se trata de la EVOLUCION HUMANA y a la tan
vejada salvación: un sólo hombre no será salvado ni podrá evolucionar, porque
un sólo hombre NO ES LA RAZA HUMANA.
Esa respuesta en cuyo pos
vamos, está profundamente ligada con la CONCIENCIA.
De acuerdo con el diccionario, CONCIENCIA es:
"Conocimiento, noción. Sentimiento interior por el cual aprecia el hombre
sus acciones. Moralidad, integridad".
Es necesario que sepamos interpretar cada uno de estos conceptos
en nuestro interior. Una cosa es conocimiento, otra noción; otras sentimiento
interior, moralidad, integridad o apreciar.
El significado de CONCIENCIA va más allá del saber. Tiene que
ver con ESTAR DESPIERTOS. En su aprendizaje está el lograr despojarnos de las
ansias fenomenológicas que nos habitan cuando acudimos a cuentos como éste y de
los cuales se aprovechan aquellos que pretenden lograr sus objetivos, muchas
veces egocéntricos. Está la certidumbre de que nadie remediará nuestros
problemas individuales si de nosotros mismos no parte la voluntad de cambiar.
Está el profundo y terrible conocimiento de no poder dar la espalda a la
realidad humana, aún cuando pretendamos orar mantrams, por que comprendemos que
somos duales y como tales, dual es nuestro desenvolvimiento en nuestra
existencia.
La CONCIENCIA apunta directamente a estimular la fuerza positiva
que logrará el paso hacia adelante de nuestra raza. Pero si en nuestra vida
cotidiana continuamos siendo objeto de actitudes colectivas de egoísmo,
resentimiento, avaricia, competitividad y separatividad, podemos suponer las
dificultades que esta tarea implica.
La Conciencia nos obliga a intervenir simultáneamente en
nosotros mismos y en nuestro contorno.
Debemos comprender que cuanto somos y vivimos hoy, con toda su
carga positiva y negativa, es resultado de acciones pasadas. Si somos
conscientes, seremos incapaces de preguntar ¿por qué?, ya que conoceremos
nuestra cuota de responsabilidad en ello.
Uno de nuestros deberes como ciudadanos de un país, es
enseñarnos y enseñar la Conciencia; es hacer comprender (tanto a nosotros
mismos como a nuestros congéneres) que no es escuchando a las TV y prensa,
etc., (nos estudian y manipulan sicológicamente), dándole fuerza al temor con
nuestra imaginación como podemos avanzar en la Solución de los retos que
vienen... Es asumiendo una actitud responsable y participativa, tanto interna (en
nuestra mente y corazón) como externamente, como lograremos polarizar los
aspectos negativos de nuestra existencia como individuos y como raza. No es
escuchar ciegamente; es buscar el peso de su verdad en nuestro interior: ese
"algo" que percibe y siente desde otra perspectiva (el Alma con sus
valores) será nuestro guía. Nos sorprenderá "descubrir" que
convergemos en el mismo punto, aunque nuestras palabras sean diferentes.
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