SINFONÍAS DEL AMOR, CONÓCETE A TI MISMO

SINFONÍAS DEL ESPÍRITU,CONÓCETE A TI MISMO

El Padre nuestro- para tu reflexión


DE GRAN IMPORTANCIA – El Padre Nuestro…
 
El Amado Maestro Jorge Adoum, tiene también algo que darnos y decirnos y es lo siguiente: Ahora me dedico a vosotros estudiantes de todas las escuelas del mundo que buscáis la verdad. Atended a lo que os voy a decir, grabadlo en vuestra mente y en vuestro corazón, no olvidéis nunca que: La Oración dominical dada por Jesús el Cristo al mundo tiene siete peticiones y cada una de ellas está dedicada a desarrollar, purificar y despertar un Centro dentro del Cuerpo-Templo del YO SOY. Esta oración encierra las palabras sagradas más poderosas del Verbo, pero hay que saber utilizarlas, pensarlas, meditarlas y vocalizarlas con toda la pureza de las aspiraciones. La Oración dominical es el puente entre el hombre y el DIOS Íntimo.
 
Escuchad Amados Estudiantes aspirantes lo que dice Jesús con respecto a la Oración, invocación o peticiones al Íntimo DIOS. Pero antes de las citas debemos recordar que el cielo está en la cabeza del hombre (del ser humano) y el infierno reside en lo inferior de su vientre en donde pululan los deseos inferiores y en donde mora el enemigo secreto. Después de esta pequeña advertencia ya podemos tomar el capítulo 6to. del Evangelio de San Mateo y leer desde el versículo 5to. 

Que dice:
“Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que aman el orar en pie en las Cinagogas y en los cantones de las plazas, para ser vistos de los hombres. En verdad os digo, recibieron su galardón. Más tú, cuando oréis, entra en tu aposento (en tu mundo interno) y cerradas las puertas (de tus sentido para que no perturben, por tu atención al mundo externo), ora a tu Padre (el Íntimo) que ve en lo secreto, te recompensará. Y cuando oréis, no habléis mucho, como los gentiles pues piensan, que por mucho hablar serán oídos. Pues no queráis asemejaros a ellos, porque vuestro Padre sabe lo que habéis menester, antes de que se lo pidáis.

 
Vosotros así habéis de orar:


1. Hacer siete (7) ejercicios respiratorios cada vez, en forma rítmica.



a. Inspirar lentamente por la nariz hasta llenar los pulmones.



b. Retener el aliento el mayor tiempo posible, sin llegar a la fatiga.



c. Mientras se retiene el aliento orar mentalmente, meditando en el significado; elevando el pensamiento al tope de la cabeza y meditar en el REINO, la GLORIA y el Poder del Íntimo que está en esta parte del cerebro, durante dos o tres o cuatro minutos:



“Padre nuestro (todos somos tus hijos) que estás en el cielo (en lo más alto, puro y divino de nuestro cuerpo, en nuestro Centro Coronario, que irradia las mil luces de tu divinidad, luces de amor de fe y de esperanza”.



d. Expirar lentamente pensando que se inunda nuestros cuerpos inferiores de la energía divina.



e. Descansar un rato sin llegar a la fatiga antes de volver a aspirar.



2. Volver a aspirar igual que en el número 1 y con el pensamiento, descender la atención al entrecejo (el Ajna) y concentrarse allí, mientras se retiene, meditando, decir:



“Santificado sea Tu nombre (en nuestro Centro frontal y así tu sello divino, tu luz inefable emanará de nuestra mente y así está tu nombre revelado por la santidad”.



a. Expirar en la forma del punto (d) del número ¡.



b. Volver a descansar antes de volver a aspirar.



3. Al comenzar de nuevo a respirar en las formas anteriores, seguir descendiendo, centrando la atención en nuestra laringe (Chakra Laríngeo) y concentrándose allí, meditando en el significado, decir:



“Vénganos el Tu Reino (vénganos el Reino de Tu Verbo a nuestro Chakra Laríngeo para que seamos creadores de todo lo sublime y lo elevado en la vida por medio de la palabra”.



4. Comenzar de nuevo la respiración, en las formas anteriores, descender la atención al Corazón (entre los omoplatos), o Centro Cardíaco, concentrarse y meditando en las frases, decir:



“Hágase Tu Voluntad, como en el cielo, así en la tierra (en nuestro corazón o centro cardíaco que une los tres centros superiores con los tres inferiores. Que la voluntad del Íntimo guíe el pensar y el anhelo del corazón para que ejecute tu obra”.



5. Volver a respirar rítmicamente, concentrando la atención en el Plexo Solar y, meditando su significado para realizarlo, decir:



“El Pan Supersubstancial dánoslo hoy” (el poder energético que alimenta nuestro Plexo Solar dánoslo hoy y a cada momento para poder servir y servirte en la Obra).



6. Respirando de nuevo, llevar la atención al Plexo Esplénico en el ombligo, atrás, y concentrándose allí, meditar u significado, decir:



“Y perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. (Porque este plexo esplénico es el depósito de nuestros errores. Nosotros perdonamos a nuestros hermanos sus errores cometidos contra nosotros y el perdón es como el agua que limpia toda suciedad e impurezas).



7. Respirando de nuevo, llevar la atención al Plexo Genital, concentrándose allí y meditando su significado, decir:



“Ilumínanos en el camino del Bien y ayúdanos a triunfar en la tentación para librarnos de todo mal” (y no como equivocadamente reza: “no nos dejes caer en la tentación” porque el Dios Íntimo no nos deja caer en tentaciones si nosotros no queremos). (Las tentaciones nos vienen desde el plexo fundamental en donde mora el enemigo secreto).



8. Respirando de nuevo, llevar la atención al Plexo Sacro, en la base de la columna vertebral, y meditando, decir:



“Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria. Amén. (La palabra Amén es un mantrams, que al decirla se invoca a la TRINIDAD ÍNTIMA que está representada por los tres átomos en la cabeza: Padre, Madre e Hijo. Padre, Hijo y Espíritu Santo.



Unas últimas recomendaciones:



a) Para practicar estos ejercicios se escoge un lugar tranquilo.



b) Sentado o arrodillado sobre algo suave.



c) Hay que cerrar los ojos para no ver y oír ruidos externos.



d) Relajar la tensión mental.



“En verdad, en verdad os digo: todo lo que pidiereis en mi nombre al Padre os será dado: YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA”. “Yo por mi sólo no puedo hacer nada, el Padre que está en mí, el YO SOY, que hace las obras.”



Con el desarrollo del Centro Coronario, se siente la unidad con el Dios Íntimo. Tendrá la facultad de estar siempre consciente, sea en el sueño, sea despierto, o sea en la mente. Puede salir del cuerpo por el Centro Coronario, libremente y puede restituirse a él sin interrupción. YO SOY estará liberado de su prisión, el cuerpo.



El Frontal capacita al estudiante iniciado para ver por su ojo interno a los seres invisibles.



El Laríngeo el iniciado oye la Voz del Íntimo, la música de las esferas; es clariaudiente y podrá conversar con los espíritus superiores. Obtiene el poder de la palabra.



El Cardíaco crea por medio del conocimiento y la intuición y otorga el sentir del placer y el dolor ajeno: desea sacrificarse por los demás y recibe la Sabiduría divina.



El Solar crea el deseo y da el movimiento a la vida y puede separarse a voluntad de su cuerpo físico y sentir las influencias del mundo del alma.



El desarrollo del Centro Esplénico desarrolla el cuerpo anímico o vida y recuerda sus viajes mentales.



El Plexo Básico, el hombre crea por los instintos en el mundo físico. Pero si está desarrollado, su energía vivifica todos los demás centros y da por resultado el transporte de las facultades internas y despertadas a la conciencia física.



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