Introducción
la sección de compartiendo el conocimiento esotérico
Existe en todos los
seres humanos una necesidad inexplicable, interior, de conocer las causas de
muchas experiencias que vivimos en la vida. Por ejemplo: el hecho de pensar en
una persona y a la hora o al momento, llama por teléfono o viene de visita, o
nos la encontramos en la calle. Otras veces, pensar en alguna situación y se
manifiesta en la vida de uno. Presentimientos que suceden a cada momento.
Sueños que se realizan. También nos preocupa saber por qué suceden las
enfermedades, por qué la muerte, por qué la pobreza y la riqueza; por qué la
tristeza y la alegría, etc.; ¡son tantas las respuestas que buscamos y no
tenemos! Poco a poco se las iremos respondiendo e irán comprendiendo a medida
que avanzan en este camino espiritual.
(Más allá de los hechos fenomenológicos que tanto llaman
nuestra atención, esta necesidad inexplicable -llámese necesidad de creer en un
ser superior, búsqueda de Dios, búsqueda de las respuestas acerca de nuestro
origen, etc.- ha sido inherente a la naturaleza humana desde su aparición o,
mejor dicho, desde que tenemos noción de nuestra presencia en la Tierra:
maravillados ante la omnisciente belleza de las estrellas, llegamos a adorar
constelaciones enteras; adoramos el Sol y la Luna. Ante el poder arrasador de
la tormenta y el poder del fuego en el rayo, llegamos a inclinarnos temerosos y
reverentes ante los elementales; llegamos a adorar imágenes de animales y
otras, aparentemente, creadas por nosotros mismos; creamos rituales y
sacrificios; pero el fin último de toda esta historia de búsqueda era intentar
dar sentido a lo que intuicionalmente conocíamos como Aquel en quien vivimos,
nos movemos y tenemos la vida.
En la medida en que hemos avanzado en nuestra evolución como
raza, nuestra necesidad de respuestas para satisfacer esta sed permanece, si
cabe, con más fuerza que nunca, toda vez que los valores con los cuales
crecimos ahora no resultan satisfactorios, pues presentimos que existe
"algo más".)
El conocimiento
espiritual nos libera de la ignorancia, nos da libertad, esa libertad de
nosotros mismos; digo de nosotros mismos porque, casi siempre somos esclavos de
nuestros temores, de resentimientos, de complejos; nos encontramos esclavizados
por la ambición, por aparentar lo que no somos. A veces la envidia envenena
nuestras vidas; la soberbia, la avaricia, la crítica, la condena y, sobre todo,
cuando estas cosas nos vienen de otros. Casi siempre, la ignorancia de cuáles
son las causas que mueven los acontecimientos en nuestras vidas, también nos
hacen inseguros para vivir y sobre todo, la incertidumbre debilita nuestro
deseo de vivir.
(El origen de muchos de nuestros males está en el
desconocimiento de las leyes que rigen nuestra existencia, más allá de la
creación humana. Por ejemplo: desconocemos el alcance de una Ley como la de
Causa y Efecto en nuestra existencia; cuál es el peso de nuestras emociones, de
nuestro pensamiento y de nuestro verbo sobre lo que llamamos destino.
Cuando no sabemos; cuando pecamos de ignorantes, solemos
culpar a cosas fuera de nosotros -culpamos a Dios, al destino mismo, a las
circunstancias- sin reparar en la responsabilidad directa que tenemos sobre los
hechos que aparentemente nos abaten.)
Pues bien, mis
hermanos, esta enseñanza que empiezan hoy a recibir, les va a ayudar a
liberarse de esa prisión de ustedes mismos. La gente no hace conciencia de lo
que le está pasando; sólo sufre las consecuencias de todas estas cosas
mencionadas. El hecho de que las ignore, no por eso deja de pasarle. Ya, en
esta nueva Era que está comenzando, el ser humano está desarrollando la
capacidad de pensar por sí mismo y busca respuesta a todos esos enigmas que
existen en la vida cotidiana.
(Un elemento inherente al Conocimiento es la conciencia. No
actuamos igual que un bebé metiendo la mano en el fuego, porque tenemos consciencia de que nos quemaremos. De
esto se trata esta enseñanza: de adquirir consciencia de las Leyes Universales.
Leyes que, siguiéndolas plenamente conscientes, cambiará nuestra vibración
mental y emocional, así como también nuestro contorno.
Pero consciencia no es solamente conocer.
Muchas veces, conociendo que algo está mal, lo hacemos. Eso es
inconsciencia. Conociendo que algo está mal, nos dejamos llevar por impulsos
emocionales y actuamos en contra de lo que ha de ser; eso es inconsciencia.
Conociendo que algo está mal, callamos y nos hacemos los "ciegos",
haciéndonos cómplices de aquello; eso es inconsciencia. Conociendo que algo
está mal, nos excusamos diciendo que no podemos evitarlo; eso es inconsciencia.
Como veremos más adelante, la Consciencia es un nivel superior
del Conocimiento. Reflexionemos sobre ello.)
El hecho de estar
aquí, en este planeta Tierra, el no conocer para qué y por qué, inquietan mucho
al hombre de hoy. Y el hombre, los seres humanos, se están moviendo en busca de
esas verdades inherentes a ellos, que les permitirán mejorar su vida, mejorar
la de su entorno y, por ende, la de toda la Humanidad.
A través del
conocimiento esóterico se pueden explicar y enseñar estas verdades. El Maestro
Jesús El Cristo nos dejó estas premisas: "BUSCA LA VERDAD Y ELLA TE HARA
LIBRE" y "TOCA Y SE TE ABRIRA" y eso es lo que ustedes están
haciendo. Así que les damos la bienvenida.
(El conocer la Verdad; al conocerla y concientizarla,
conocemos también las causas que nos llevan, tanto de manera individual como
colectiva, a determinadas situaciones. Conocer y Comprender la Verdad nos
libera porque nos da la oportunidad de encontrar las respuestas, las soluciones
efectivas, cambios de actitud que nos liberarán y liberarán nuestro contorno; pero
también elevan nuestra responsabilidad con el hermano.
Hace algunos años, el
conocimiento esoterico movía a risa o a actitudes prejuiciadas en aquellos que hacían gala de poseer una "mente
científica", pues -como su nombre lo indica- se trataba de conceptos que
estaban en un nivel subjetivo o de improbabilidad científica, es decir, que sus
conceptos no podían ser expuestos al método científico, ni podían someterse a
experimentación en un laboratorio.
Sin embargo, hoy por hoy, la ciencia tradicional ha quedado
chica a muchos de estos hombres de ciencia y, por añadidura, los avances
tecnológicos de la época, han logrado ayudar a vislumbrar la verdad de muchos
de estos conceptos que pudieron mover a burla en el pasado. Actualmente, estos
conceptos están siendo estudiados por la física, aún cuando esta ciencia
todavía permanece en el aspecto fenomenológico de éstos. La Metafísica va más
allá porque cree que, antes de atender a los hechos probables, a la
potencialidad de la manipulación de las Leyes del Universo, el hombre debe
primero ser consciente de su real
significado.)
La Verdad es lo
absoluto, lo eterno, lo que no cambia, ni perece; lo imperecedero, o sea, la
Verdad es Dios. Muchas religiones del mundo, y filosofías, lo llaman Alá,
Brahma, Causa Unica, etc., pero su verdadero nombre es "YO SOY". En la
Biblia, en Exodo, Capítulo 3, Versículo 13, dice lo siguiente: "Y dijo
Moisés a Dios: Hé aquí que llego yo a los hijos de Israel y les digo: El Dios
de vuestros padres me ha enviado a vosotros; si ellos me preguntaren ¿cuál es
su nombre? ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: "YO SOY"
El Que Soy. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: "YO SOY" me ha
enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial para
todos los siglos".
Este nombre que Dios
da a Moisés como su nombre para siempre, es una afirmación de Su existencia.
"YO SOY", es decir, "YO EXISTO", "YO ESTOY",
"YO PERMANEZCO". Cada una de estas afirmaciones es una afirmación de
la Verdad, de lo indestructible, de lo que ES.
En muchas religiones se ha manejado la idea de que Dios es un
ser superior que controla a capricho nuestras vidas. Nada más alejado de la
Verdad. Más allá del campo de lo relativo, existen leyes bajo las cuales el
universo se desarrolla inexorablemente. Nosotros, parte de este ilimitado
universo, también. La creencia de que somos controlados por una fuerza superior
es sólo parte de nuestra inmensa ignorancia sobre la Verdad.
La ciencia ha comprobado que el Universo es una entidad en
expansión, evolucionando desde eones que no alcanzamos a medir. Dios es una
entidad, un ser que también evoluciona; nosotros somos sólo un pequeño
fragmento de la infinidad de formas en evolución que Lo componen y lo mismo que
una gota en el océano posee todas las cualidades del océano, nosotros poseemos en latencia todas las cualidades de
Dios; por eso se dice que fuimos hechos a Su imagen y semejanza. El hombre
posee también capacidad creadora y ha desplegado hasta ahora todo su poder al
respecto; sin embargo, no ha tenido a su favor la Consciencia de sus actos y
como ejemplos tenemos algunos: la manipulación del átomo y la creación de la
bomba atómica; la manipulación de genes, la creación exitosa de clones, etc.
Una de las características de Dios es su inmanencia; parte del
proceso de evolución es la trasmutación. Nosotros, al igual que todas las
formas de vida en evolución, conservamos estos mismos principios: nuestra alma
es imperecedera, inmanente a lo que somos, unida a su Creador en todos los
aspectos, siempre en evolución; y en su proceso de avance es el cuerpo el que
se transforma, se trasmuta siempre, desde nuestra aparición en el mundo
material -crecimiento, madurez, vejez, muerte. En la esencia que somos, en la
inmanencia que nos caracteriza y nos une a El, como la gota en el océano, tal
como El somos "YO SOY".)
Muchas veces creemos
que sólo lo que vemos y tocamos es la Verdad; que lo que no podemos medir y
pesar es fantasía, y resulta que todo lo que existe en esta Tierra, en el mundo
de la forma es perecedero, cambiante. Nada permanece en este mundo; todo nace,
crece y desaparece; no decimos muere porque lo que llamamos muerte es también
una apariencia; nada muere en el Universo; nada está inmóvil; todo está formado
por átomos y, aún en la materia aparentemente inerte, el átomo sigue lleno de
vida, con su núcleo lleno de luz radiante, en contínuo movimiento. La muerte es
sólo el paso de nosotros como Alma que somos -lo esencial, lo que no muere, la
Verdad que somos-, a otra dimensión, la dimensión del Plano Astral, que en otra
clase les enseñaremos. Lo que pasa con la muerte es que dejamos nuestro cuerpo
físico. Los átomos que componían esa materia, ese cuerpo con el cual nos
expresábamos en este plano físico comienzan a evolucionar, soltando electrones
unos y tomando nuevos electrones otros, con lo que pasan a constituir nuevos
cuerpos o materia física. O sea, lo que dice la Biblia: "Polvo eres y en
polvo te convertirás o al polvo vuelves". O sea, que el cuerpo está
formado de todo lo que compone la tierra: la leche, las verduras, las frutas,
el aire, el agua, etc., todo procede de la tierra y a ella vuelve; sin embargo,
cada uno de ellos, cada manifestación con la que se compone nuestro cuerpo,
tiene también lo esencial, la verdad, lo imperecedero, en una forma más
elemental que nosotros. En la Naturaleza ni un sólo átomo se pierde, solamente
se trasmuta. En clases posteriores se explicará esto más ampliamente.
Decimos que algo muere cuando dejamos de percibir con nuestros
sentidos la forma con que conocimos aquello que dejó de ser como era. Nosotros,
seres programados, densificados en los sentidos, somos incapaces de aceptar una
realidad que nos supera en nuestro poder de manipular y de comprender. Si
analizamos la historia de nuestro planeta encontraremos la historia de su
propia evolución, es decir, de su perfeccionamiento en todos los aspectos.
Veremos, en el transcurso de esa evolución, cómo las formas primigenias y
arcaicas fueron erradicadas y sustituidas por otras de mayor capacidad de
adaptación, pero siempre derivadas de las primeras, como un producto más
sofisticado y más desarrollado, con mejores capacidades de funcionamiento y de
realización. A eso es lo que llamamos evolución. De todas las formas que ahora
no vemos en el planeta, siempre hubo algo que se quedó, cambiando a favor del
nuevo producto. La historia nos habla de una macro historia, de algo que no
podemos percibir desde la finitud de nuestras vidas mortales. Podemos deducir,
con base a esa macro historia, que la muerte no existe; sólo hay un cambio, una
transformación necesaria que, lamentablemente desde aquí, nuestra presencia
material cíclica y nuestra limitación
física y mental, no podemos concebir sin esa historia de la que hablamos. En
toda forma -visible o no- hay una esencia que la justifica, anima e impulsa.
Por ejemplo, un pensamiento, aunque no es visible y sólo es perceptible a
través de las facultades de expresión que tenemos, posee una esencia,
"algo" que le da vida y fuerza, impulsándolo precisamente a
manifestarse de alguna manera, como si fuera un ser con vida propia.
Todos somos un pensamiento de Dios, manifestados en una forma
de energía de densa vibración. Nuestra esencia, aquello que nos impulsa, es el
Alma inmortal, siempre en evolución. Lo que llamamos muerte sólo es un paso
necesario para poder desarrollar un vehículo mejor para las próximas ascensiones
del Alma que somos, siempre creciendo, siempre perfeccionándose en base a la
síntesis obtenida durante eones.
Por lo tanto, en la
vida, lo que nos acontece, sólo es una apariencia que cumple un propósito y el
propósito es que todos los seres humanos realicen la divinidad, o sea, que se
conviertan en la Verdad; quiere decir, que tenemos que demostrar o realizar que
somos Hijos de Dios. Este hecho involucra que conozcamos realmente quién es
Dios y nuestra relación con El. El haber vivido hasta ahora ignorándolo, el no
conocer Sus verdaderas Leyes, el ignorar realmente el propósito de Dios para
cada uno de nosotros y para toda la Humanidad y toda la Vida, es lo que ha
hecho que cometamos errores, que son la causa de todos los problemas que
tenemos en la vida, tanto cada uno de nosotros como toda la Humanidad.
Dios no es una verdad abstracta y fuera de nosotros, ni
estamos unidos a El por una filiación más o menos creíble. En realidad somos
una forma más que Lo integra así como El nos integra a nosotros. De esta
manera, se reafirma la idea de la gota del océano: siendo lo mismo que El,
poseemos en esencia y latencia, Sus
mismas cualidades; la diferencia es que seguimos identificándonos con la gota y
no con la inmensidad que es el océano. Por ello; por no conocernos; por
empeñarnos en seguir siendo la gota del océano, hemos provocado en nosotros el
error.)
Toda acción genera
una reacción y el Maestro de Maestros, Jesús El Cristo, también nos dejó esta
premisa: "LO QUE SIEMBRAS ESO COSECHARAS". Todo lo que tú hagas
tendrá una respuesta, una reacción, y esa respuesta será buena o mala, según la
causa, de lo que tú hiciste o estás haciendo o has hecho. SI SIEMBRAS TOMATE,
SIEMPRE RECOGERAS TOMATE; jamás esa mata de tomate te dará una zanahoria o una
manzana. Así que, como vemos, mis hermanos, todo lo que pasa es causa nuestra.
Como poseemos libre albedrío -pues en nosotros también existe
la Voluntad- e ignoramos las leyes, nos vemos inevitablemente sometidos a una
serie de reacciones causales. Como no hemos controlado nuestra mente, ni
nuestras emociones y actuamos impulsivamente, llevados por las circunstancias,
constantemente sufrimos sin poder dar con la raíz de nuestros males, inculpando
por nuestras desventuras a cualquier cosa fuera de nosotros (que creemos que
está fuera), sin pensar que su origen está dentro de nosotros mismos.)
Las religiones
enseñan que Dios premia y castiga, según tus acciones. Que tiene un cielo y un
purgatorio y un infierno; que maneja las enfermedades, los terremotos, los
cataclismos, etc., como un látigo con el cual azota a la Humanidad o la premia
con riquezas, salud y bienestar. Este es un Dios hecho por el Hombre, a su
imagen y semejanza, pues tiene todos los atributos del hombre: se enoja-te
castiga; si le da la gana -y que para probarte-, te quita un hijo o muere un
familiar muy querido, o se enferma gravemente. Las religiones dicen que Dios te
está probando, a ver cuánto lo amas.
Lo que nos hace imagen y semejanza de Dios todavía no lo hemos
concientizado y mucho menos hemos comenzado a desarrollarlo, porque estamos
identificados todavía con la forma: lo que no vemos o tocamos o comprobamos no
puede existir.
La cólera, el egoísmo, la enfermedad, la riqueza o la pobreza
son sólo rasgos de nuestra inmensa ignorancia.
Todavía creemos en no matar, por ejemplo, porque seremos
castigados ya sea por la ley del hombre o por el Dios planteado por las
religiones; pero somos incapaces de comprender
el respeto que debemos a la Vida como esencia en desarrollo, ni podemos
vislumbrar todavía las consecuencias que
la violación de esta ley sagrada implica en nuestra propia evolución.)
Nosotros, siendo tan
inconscientes e ignorantes, imperfectos, somos incapaces de darle una
enfermedad a un hijo para ver si nos ama o lo castigamos quitándole lo que más
ama PARA PROBARLO; menos lo hace Dios que es Amor y Perfección. En esta época,
ya la visión de Dios está cambiando. Antes, la gente no pensaba; eran arreadas
como ganado en masa; si no se seguía lo que todo el mundo aceptaba por las
religiones, lo tildaban de hereje o lo excomulgaban si la cosa era grave, o lo
condenaban. Antes, la gente era menos independiente mental y emocionalmente
como ahora lo es. La gente hacía más caso y obedecía por medio del miedo y el
temor. Cristo vino a la Tierra a enseñarnos que es a través del Amor como nos
ganamos el Cielo, realizando que todos los hombres somos hermanos y que ninguna
creencia religiosa, por muy diferente que sea, nos puede separar, porque somos
hijos del mismo Dios, SOMOS HERMANOS, HIJOS DEL MISMO PADRE. Hoy la gente lo
entiende y lo siente dentro de sí, más que antes; por eso, por todas partes se
ven movimientos espirituales de toda clase. Por todo el mundo se ve a la gente
buscando la fraternidad y la paz. Eso lo vimos en los últimos acontecimientos
sobre la guerra. Toda la Humanidad se unió invocando y evocando la Paz mundial.
Se dio la guerra porque la Humanidad aún tiene que cancelar deudas del pasado,
para poder ser libre definitivamente y que la Paz se manifieste plenamente en
la Tierra. A medida que avancemos en estas clases comprenderán lo que les
estamos diciendo.
Siguiendo la afirmación de la Ley de Correspondencia -la cual
veremos más adelante- LO QUE ES ARRIBA ES ABAJO, decimos que los seres humanos
somos parte de un cuerpo mayor llamado Humanidad; dicho en otras palabras,
todos los seres humanos estamos ligados unos a otros y hacemos lo que hacemos
en función de un estado de conciencia superior llamado Humanidad; es lo mismo
que las células del hígado, por ejemplo, están relacionadas entre sí y trabajan
en función de la totalidad del hígado y, gracias a ellas, es que el hígado es
lo que es.
Cuando vemos tragedias como las que suelen denunciarse a
diario, relacionadas con el abuso de los niños, por ejemplo, nos es difícil
mantenernos indiferentes al dolor y la rabia que ello nos provoca; no podemos
dejar de sentirnos impresionados y apenados ante las injusticias, sintiendo que
esos hechos nos afectan a todos por igual y presentimos que hechos como ésos no
pueden quedar impunes para la Humanidad entera, una de cuyas partes ha obrado
en contra de ésta.
La Humanidad es una entidad que también evoluciona gracias a
cada uno de nosotros, individual y colectivamente. En la medida en que la
consciencia de esta verdad se afirme en nuestros corazones y en nuestras mentes,
deberá cambiar la perspectiva de nuestra individualidad frente al hermano. En
realidad se trata de un compromiso con nosotros mismos. Ahora tenemos la
certeza de que aquellos axiomas con los cuales crecimos no nos satisfacen;
ahora, tenemos los descubrimientos de la ciencia (que poco a poco se acercará a
los conceptos metafísicos), los avances tecnológicos, el conocimiento al
alcance de nuestra capacidad cognoscitiva, tenemos la libertad mental para
poder trabajar en la comprensión de aquellas verdades que presentimos y que
todavía no hemos desarrollado. Agucemos nuestra percepción y veremos que la
Humanidad entera está avanzando en pos de la misma meta.
Al hablarles de las
religiones del mundo no queremos decir que son malas, que no hacen falta. sí
hacen falta y no son malas, sólo que ellas cumplen un propósito en la vida
mientras la gente no se independiza espiritualmente y aprende a depender de su
espíritu, o sea, de la Presencia de Dios que mora en él, seguirá con las
religiones. Son estados de consciencia. Todo en la vida tiene valor. Todo lo
que existe cumple un propósito; lo que pasa es que las cosas van cambiando y
van ocupando el verdadero valor que tienen en la vida. Por ejemplo: cuando un
niño nace, necesita primero del pecho de la madre; más tarde lo deja y como
sólido; después camina y tiene juguetes para entretenerse; pero más tarde, se
hace más adulto y ya no necesita los juguetes; busca lo que le sirve para su
modo de ser o estado de consciencia: fiestas, parrandas, coqueteos entre ellos,
estudios, el liceo, etc; después se hace adulto, busca una profesión de acuerdo
a sus estudios, se casa, tiene hijos; avanza la edad y los valores van
cambiando, y así sucesivamente. En la vida todo cumple ciclos de tiempo, y para
cada uno hay medios para expresarlos y realizarlos. Por lo tanto, todas las
religiones, todas las filosofías, todos los movimientos espirituales, tienen
valor. Todo tiene un propósito y cada ser humano está en el lugar que le
corresponde. Nosotros estamos dando un paso más adelante en la vida y la vida
es eso: evolución: SIEMPRE MAS ALLA...!
Mis hermanos, Dios es
Amor y sólo Amor. Todo lo que existe fue y es creado por El. Todo le pertenece.
Todo lo que existe está en El. El lo contiene todo. Nosotros somos sus hijos,
somos sus herederos. El no nos creó para que fuéramos desgraciados, ni pobres,
ni miserables, ni enfermos, ni feos, ni defectuosos. El no puede dar lo que no
tiene. Dios produce sólo el bien, luego no puede dar mal. Es como si te dijeran
que la luz te va a dar oscuridad. La luz siempre alumbrará, lo que produce
oscuridad para nosotros es el obstáculo que se interpone entre la luz y
nosotros; pero la luz no puede darnos sino lo que es luz. Para recibir la
iluminación que da la Luz, nosotros tenemos que ponernos en el ángulo justo, en
el lugar adecuado que nos permita recibir sus rayos. Igual cosa pasa con el
bien que Dios nos irradia, nos colocamos en la posición justa y recibiremos Su
Gracia a plenitud. Es siempre está constantemente derramando hacia nosotros
salud, belleza, abundancia, inteligencia, amor... Si nos colocamos en la
posición correcta, recibiremos todo ese bien que llegará a nosotros naturalmente,
sin otro esfuerzo de nuestra parte que el de estar en el ángulo justo. Nos creó
para que fuéramos felices y libres.
(Uno de los principios del Universo es el Orden y la Armonía.
Tan es así que el movimiento del universo es armónico. Pero el Caos es también
un principio de Creación: es lo que obliga al universo a buscar el orden y la
armonía.
La dualidad es un instrumento de la Evolución.
Nosotros, dentro de quienes también rige el universo, poseemos
en minúsculas estos principios. Tenemos la dualidad y el libre albedrío. De
nuestro ESTADO DE CONCIENCIA depende el desarrollo y afirmación de las
cualidades que nos hacen Hijos de Dios.
¿Qué es el mal?
El mal, como siempre se nos ha dicho, es lo contrario al bien.
Pero bien y mal son conceptos muy relativos, tal como expresara Platón. Dicho
con un ejemplo: lo que es bueno para mí, tal vez no lo sea para ustedes; muchas
veces, también, lo que parece un mal para nosotros, al cabo de un tiempo, se
transformará en un bien que, dada las circunstancias aparentes, no podíamos
haber previsto. Así pues, bien y mal, como aspectos de la dualidad, son
instrumentos de la evolución. La evolución siempre apunta hacia la perfección y
la perfección resulta siempre un beneficio.
Podemos afirmar, sin temor, que Bien y Mal son caminos que nos
conducen a Dios, sólo que el mal -si se quiere- es el camino más largo e
intrincado para llegar a El. El Mago Negro más tarde o más temprano, encontrará
a Dios, una vez que se hayan cumplido los efectos de sus acciones.
El mal cumple su función importantísima en el camino de
evolución del Alma, ya que sin ello no sería posible percibir la Verdad. Es por
ello que todo mal siempre desemboca en un bien; o como dice el refrán:
"detrás de un mal aparente siempre se esconde un bien" o "lo que
sucede siempre es lo mejor". Lo interesante es estar consciente de esto
para poder actuar positivamente ante las circunstancias y no dejarnos caer en
complicidad con el mal aparente, pues de nuestra visión y nuestra capacidad
depende que esa apariencia se prolongue más o menos en el tiempo. Mientras más
tardemos en comprender el bien que se esconde detrás de los hechos negativos,
más tardaremos en actuar debidamente para encontrar el camino del bien.
Miremos por un momento nuestra situación como venezolanos:
estamos viviendo momentos muy difíciles (los reales no alcanzan, la inflación
está llegando a niveles insostenibles, los valores de nuestra sociedad se han
venido desmoronando a través de la corrupción, estamos desmotivados como
ciudadanos). Mirando la vida que nos corresponden como pais, con nuestras
gríngolas puestas, nos inclinamos a denigrar de nuestro pais y de sus
gobernantes, preguntándonos angustiados hasta cuándo va a durar esta situación.
Pero si nos detenemos a pensar por un momento, escucharemos
que las circunstancias nos están hablando claramente: lo que sucede no es otra
cosa que un proceso de concientización necesario para nosotros como seres
afines en un pais. Nos hablan de la responsabilidad directa que tenemos en nuestra
situación; nos dicen que debemos dejar de ser indiferentes, individualistas,
egoístas; que debemos comenzar a pensar los unos en los otros y que debemos
comenzar a buscar, juntos, los caminos que asciendan la crisis, aunque estos
caminos nos prometan resultados a mediano o largo plazo. Nos dicen que debemos
dejar de despotricar contra nosotros mismos y que dejemos de ser cómplices del
aparente mal que nos embarga y nos enerva. Objetivamente, estos acontecimientos
ocurrirán más temprano o más tarde, dependiendo de la apertura mental que
tengamos como comunidad. En este proceso concientizador, evolutivo, alguna vez
pisaremos fondo y juntos comenzaremos a ascender. De nosotros mismos depende
buscar el ángulo preciso para comenzar a recibir la Luz.)
El ángulo justo es el
conocimiento de las Leyes Universales. El desconocimiento de ellas es la causa
de que haya tanta gente en el mundo sufriendo, que hayan tantos males en el
mundo. Por lo tanto, no es Dios quien castiga, sino que como no conocemos las
Leyes Universales, las violamos, las infringimos y, como toda acción tiene una
reacción, la Ley se cumple inexorablemente. Las Leyes no piensan; se cumplen.
No dicen: "A fulano no lo castigo porque no conoce la Ley, no sabe lo que
hace. El es bueno, no tiene mala intención". NO, MIS HERMANOS; la Ley no
piensa; sólo se cumple; es un PRINCIPIO INAMOVIBLE, INVIOLABLE Y UNIVERSAL. ES
LA LEY Y DIOS LAS HIZO PARA QUE SE CUMPLAN. para que mejor comprendan lo que es
una Ley o Principio, les pondremos este ejemplo: El fuego. Este elemento
ejecuta una función; esta función es quemar cuanto entre en su radio de acción.
Esa es su misión. Nosotros sabemos que el fuego quema, que destruye y,
sabiéndolo, imprudentemente introducimos la mano en la hornilla y la mano sale
con ardor y nos quejamos del dolor. La gente que está presente dirá: pero, ¿no
saben que el fuego quema? Te está bien empleado por imprudente. Nosotros
sabíamos que el fuego quema, pero un bebé no lo sabe; ve una luz, le llama la
atención, trata de tocarla y también se quema. Su inocencia o ignorancia no lo
salva. La función del fuego es quemar y él no distingue entre conscientes o
inconscientes. Quema, eso es todo. Por eso, ¿es el fuego tu enemigo? ¡¡No!! Si
lo usas con sabiduría se convierte en tu aliado, en tu más útil servidor. El
fuego cuece tus alimentos, te da calor en el invierno, desinfecta todo cuanto
necesites desinfectar; tiene infinidad de usos útiles. Usándolo mal destruye
todo a su alcance. ¿Comprendes entonces lo que es la Ley? Pues todas funcionan
igual y son siete leyes o Principios Cósmicos. cuando aprendas a conocerlas y a
usarlas te harán dueño de tu mundo; te darán las llaves del conocimiento que te
darán la libertad, dejarás de ser gobernado por las circunstancias; las
gobernarás tú a ellas.
"Que el dolor
traiga la debida recompensa de Luz y Amor". Es el dolor y el sufrimiento
quienes más nos enseñan, nos hacen más sensibles y nos enseñan a comprender y
ayudar a los demás, a nuestros hermanos y a ser más compasivos con la vida.
Las Leyes son siete:
MENTALISMO, CORRESPONDENCIA, VIBRACION, POLARIDAD, RITMO, CAUSA Y EFECTO, Y
GENERACION.
El que se encuentre
agobiado por sus problemas, por insolubles que le parezcan, no desespere. La
Metafísica es la ciencia que les enseñará a vivir con sabiduría por medio del
consciente y correcto uso de las Leyes Universales.
(Aprendamos algo diferente de lo conocido hasta ahora, pues
éste es el objeto del Movimiento Mundial de Servidores a la Vida.
Ha llegado el momento de comenzar a asimilar positivamente las
cosas que hemos estado intuyendo. Algo nos está diciendo que es hora de mirar
hacia adentro.
Hagamos un paro en el camino y aprendamos a escuchar con
discernimiento nuestro ruido interior y distingamos nuestra Voz Interior. Esa
es la finalidad de la enseñanza.
Nos gustaría que para iniciar el proceso de auto-atención,
hicieran el esfuerzo de desarrollar ciertas afirmaciones. El que sienta el
COMPROMISO CONSIGO MISMO sabrá que deberá desarrollarla y convertirla en acción
positiva. Reflexionemos -preferiblemente por escrito-, esforzándonos por
comprender:
"LA VERDAD OS HARA LIBRES"
"POR EL AMOR SERA SALVO EL
HOMBRE"
PARA
REFLEXIONAR
Un problema no
significa ni un obstáculo ni una barrera. Es un desafío. La aparición de un
problema en tu vida, lo que quiere decir es que ha llegado el momento de dar un
paso hacia adelante y, por supuesto, al quedar solucionado el problema es señal
de que el paso ya fue dado.
El paso a que
aludimos siempre es un paso mental. El único progreso que realmente hacemos es
el progreso mental. Todo está listo cuando nuestra mente lo está también, y
todo progreso evidencia un cambio mental. El Universo siempre está preparado al
mismo tiempo que nosotros.
El hombre descubrió
el fuego como una solución al desafío del frío. Si toda la Tierra hubiera sido
tropical, tal vez jamás lo hubiera descubierto. La música fue descubierta como
una respuesta a las ansias de una más alta expresión emocional.
El hombre diseñó
objetos para dominar los muchos problemas prácticos de la vida diaria. El
teléfono, el automóvil, el avión, son soluciones parciales de los problemas de
tiempo y espacio. La imprenta es la solución de otros problemas.
En tu vida propia un
problema es un desafío. Recuerda que no es una barrera que dice "No
pasarás". Es sólo un problema y para cada problema hay una solución.
Encuentra la solución por medio de la oración científica, tu problema quedará
resuelto y mentalmente habrás tomado un paso definitivo hacia adelante que
estará contigo por toda la eternidad. EL CAMINO HACIA DIOS SIEMPRE ESTA
ABIERTO.
Desde mi corazón, que la Paz y el Amor del Maestro Jesús El
Cristo esté en sus corazones.
PROLOGO
A nuestros Amigos,
Compañeros, Buscadores de la Verdad:
Somos el MOVIMIENTO MUNDIAL DE SERVIDORES A LA VIDA,
grupo de personas: profesionales, amas de casa, de todas las categorías
intelectuales y sociales, sin fines de
lucro, fundado en el año de 1985 y estamos involucrados con la Red de
Grupos de Servidores en el Mundo.
El propósito de este
Movimiento es concientizar a las personas, a través de cada individuo, basados
en la premisa dejada por el Maestro Jesús El Cristo: "BUSCA
LA VERDAD Y ELLA TE HARA LIBRE".
Nuestro trabajo involucra:
el Trabajo con Cristo; el conocimiento de nosotros mismos, haciendo conciencia
que dentro de nosotros hay fuerzas que, conociéndolas y sabiéndolas utilizar,
nos pueden ayudar a mejorar nuestra vida y nuestro entorno; el despertar de los
valores espirituales en cada ser; aprender a depender consciente y
responsablemente de nosotros mismos; realizar diariamente, en la cotidianidad
de la vida, las Rectas Relaciones Humanas, inofensividad, la correcta palabra,
la verdad y la justicia, convirtiéndonos en Instituciones vivientes.
El resultado de estas
lecturas, a través de este medio, son los cambios
esenciales y positivos que cada uno logre en el seno del lugar donde se
encuentre: hogar, país y miembro de la Humanidad; como un todo.
Desde nuestro corazón.