SIGNIFICADO ESOTÉRICO DE LA NAVIDAD- EL CRISTO- LA ERA DE ACUARIO (EXTRACTO)
Por Amado Maestro Dwal Khool. Alice Bailey
En la Vida de Cristo tenemos la demostración
más completa y perfecta y el ejemplo de una divinidad vivida exitosamente en la
tierra, vivida como la mayoría de nosotros debe hacerlo, no en el retiro, sino
en el medio de las tormentas y las tensiones de la vida cotidiana.
Representantes de todos los
credos se reúnen hoy para tratar la posibilidad de encontrar una plataforma, de
tal universalidad y verdad, que todos los hombres puedan unirse en torno a ella,
y en la cual podría basarse la futura religión mundial.
Cristo vivió Su vida en la
pequeña pero significativa faja de la tierra que llamamos Palestina, la Tierra
Santa. Vino a probarnos la posibilidad del logro individual. Surgió (como
parecen haberlo hecho todos los instructores, a través de las edades) de
Oriente, y trabajo en ese país que se alza como un puente entre los hemisferios
oriental y occidental y que separa dos civilizaciones muy distintas.
Los pensadores modernos harían
bien en recordar que el cristianismo es una religión que sirve de puente, y en
esto reside su gran importancia. El cristianismo es la religión del periodo
transitivo que vincula la era de la existencia individualista autoconsciente con
un futuro mundo unificado de conciencia grupal.
Es en forma relevante una religión
de separaciones, que demuestra al hombre su dualidad, sentando las bases para
que realice su esfuerzo a fin de lograr la unidad o unificación. La comprensión
de esta dualidad es una etapa imprescindible en el desenvolvimiento del hombre,
y el propósito del cristianismo ha sido revelarlo, así como también señalar la
lucha entre el hombre inferior y el superior, entre el hombre carnal y el espiritual,
unidos en una sola persona, y afirmar la necesidad de que el hombre inferior
sea salvado por el hombre superior. Esto lo dice San Pablo en términos familiares
en: “…para crear en si mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la
paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo matando
en el las “enemistades” (Ef 2:15,16)”
Tal fue la divina misión de
Cristo y esta es la lección del relato del Evangelio. Por consiguiente, Cristo
no solo unificó en Sí Mismo “la ley y los profetas” del pasado, sino que también
nos entregó una verdad que pudiera salvar el abismo existente entre el
credo y la filosofía de Oriente y nuestro materialismo y conquistas científicas
occidentales, siendo ambos, expresiones divinas de la realidad.
Al mismo tiempo el Cristo demostró
a los seres humanos la perfección de la tarea que cada hombre podía realizar
dentro de si mismo, uniendo esa esencial dualidad que es su naturaleza
produciendo la unidad de lo humano y lo divino, tarea a la cual deben ayudar
todas las religiones. Cada uno de nosotros debe “crear de dos un solo y nuevo
hombre, haciendo así la paz”, porque paz es unidad y síntesis.
Pero la lección y el mensaje que
Cristo trajo al hombre como individuo, también lo trajo para las naciones, presentándoles
la esperanza de una futura unidad y paz mundiales. Vino al comienzo de la era astronómica
denominada “era de Piscis”, porque durante este periodo de aproximadamente dos
mil años, nuestro Sol pasa por el signo zodiacal de Piscis, los peces. De ahí,
las frecuentes referencias a los peces y la aparición del símbolo del pez en la
literatura cristiana, incluyendo el Nuevo Testamento.
Estamos hoy al final de la era
pisciana, y entramos ya en el periodo de la Unidad Acuariana, que Él nos anticipó.
El “aposento alto” es el símbolo del alto punto de realización hacia el que
marchamos como raza, muy rápidamente. Algún día se celebrará la gran ceremonia
de la Comunión, de la cual todo servicio de comunión es el anticipo. Estamos
entrando lentamente en este nuevo signo. Durante más de dos mil años sus
potencias y fuerzas actuaran sobre la raza y establecerán los nuevos tiempos,
fomentaran las expansiones de conciencia y conducirán al hombre y mujer a su realización
práctica de la hermandad.
Los nuevos rayos, energía e
influencias entrantes, deben con toda seguridad estar destinados a producir
iguales efectos, no solo en el campo de los fenómenos físicos, sino también en
el mundo de los valores espirituales. Los átomos del cerebro humano están despertando
como nunca, y los millones de células que, según se dice, están inactivas y
adormecidas en el cerebro humano, pueden ser puestas en actividad funcionante,
trayendo esa percepción intuitiva que podrá reconocer la futura revelación espiritual.
Hoy el mundo se está reorientando
hacia las nuevas influencias, y en los procesos de reajuste es inevitable un
caos temporario. El cristianismo no será reemplazado, sino trascendido; su
trabajo preparatorio será realizado exitosamente, y el Cristo nos dará otra vez
la siguiente revelación de la Divinidad.
El hombre- mujer, el ser humano,
alma encarnada, está en vísperas de dar el paso adelante que producirá el
primero de los grandes desenvolvimientos, denominado el “nuevo nacimiento”. Una
vez experimentado esto, la vida del Cristo- Niño se acrecentará y el impulso
establecido lo llevará hacia adelante por el Camino que va de una cumbre
elevada de realización a otra, hasta que el mismo se convierta en un iluminado
portador de Luz, y pueda alumbrar el camino de los demás. Los iluminados
siempre han llevado a la raza hacia adelante; los conocedores, los místicos y
los santos, siempre han revelado las cumbres de las posibilidades individuales
y raciales.
El Camino que va desde el
Nacimiento en Belén hasta el Monte de la Crucifixión, es duro y difícil, pero
es hollado con regocijo por el Cristo y por quienes han sintonizado su
conciencia con la Suya. El goce de la Vida física se transforma en el goce de
la comprensión y nuevos valores, nuevos deseos, y un nuevo amor, remplazaran al
antiguo.
MENSAJE DE SRI DAYA MATA (extracto).
ALMA AMADA:
…” Mi deseo especial para ti es
que, en el espejo de la vida de Cristo, contemples el propio potencial de tu
alma: la facultad de experimentar la dicha que produce el contacto con Dios, el
poder de trascender las dificultades exteriores y la capacidad de irradiar el
amor y la luz de Dios. Como decía Paramahansaji: “Cristo nace en todo corazón amoroso”.
Si hemos de conocer verdaderamente la esencia del Señor Jesús, necesitamos
expresar su generosa naturaleza y experimentar el gozo de dar, no solo
afectuosos obsequios materiales, sino los regalos que más aprecian los demás:
nuestra amorosa bondad, el interés sincero que les mostramos, nuestras palabras
de aliento y los gestos de respeto y comprensión. Cada vez que nos esforzamos
por ofrecer amor desinteresado, establecemos contacto con la liberadora Conciencia
Crística en la que moran Jesús y los grandes Maestros, y nos volvemos parte del
Poder Universal del Bien, que trabaja constantemente para mejorar y armonizar
el mundo.
Que este gozo y espíritu verdadero
de la Navidad colme siempre tu vida y la de tus seres queridos.
Recibe las incesantes bendiciones
de Dios, Cristo y nuestro bendito Gurú".
LA GRAN INVOCACION: “Desde el Punto de Luz en la Mente de Dios. Que
afluya luz a las mentes de la humanidad. Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el Punto de Amor en el Corazón de Dios. Que afluya amor a los corazones
de la humanidad. Que Cristo retorne a la Tierra. Desde el Centro donde la
Voluntad de Dios es conocida. Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades
de la humanidad. El Propósito que los Maestros conocen y sirven. Desde el
Centro que llamamos la Raza Humana, que se realice el Plan de Amor y de Luz y
selle la puerta donde se halla el mal. Que la Luz, el Amor y el Poder (la
Voluntad al Bien). Restablezcan el Plan en la Tierra”. Que así sea, y que todos cumplamos nuestra
parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario