REALIDAD SUPERIOR (DIOS…)
La reflexión de hoy parte de los
acontecimientos que estamos experimentando en nuestro país, nuestra Venezuela
Bolivariana.
Todo lo que está pasando hoy en día, tiene
su origen en una causa anterior, es decir, las acciones, pensamientos y
emociones del pasado nos condujeron a lo que hoy vivimos como Nación. Todo ello
nos hace ver, reflexionar, que hoy estamos sembrando causas buenas o malas para
el futuro, con nuestros pensamientos, sentimientos y acciones cada día de
nuestra vida.
Las charlas públicas de nuestro Presidente
Nicolás Maduro sobre el amor al país y a la Humanidad; la lealtad, la
solidaridad y la defensa de la Patria que insistentemente declara, aunado al
acompañamiento mental, emocional y espiritual de cada uno de nosotros, dará por
resultado todo lo bueno, consciente y responsable como la gran cosecha de lo
que sembremos hoy por nuestro país: léase el colectivo, el pueblo, etc.
Recordamos la máxima de Cristo: “Recogerás hoy lo que sembraste ayer”. Esto
quiere decir, que debemos ser consecuentes y conscientes de lo que
multiplicamos con nuestras palabras y acciones, entendiendo, por encima de
todo, que no estamos solos, que no andamos a la deriva… Todo lo que somos, lo
que experimentamos, responde a un Plan Superior. Sólo tenemos que estar claros
en que debemos ser responsables y corresponsables de nuestros hechos como
parte de un colectivo llamado VENEZUELA. Una forma de acción positiva es la
oración.
Sobre la plegaria y la forma en que
debemos usarla, solo es suficiente admitir que hay un gran Misterio, una
Realidad universal a nuestro alrededor y sobre nosotros, que está más allá de
nuestro conocimiento humano. Aunque no podemos conocer directamente la
naturaleza esencial de esta Realidad, sí podemos conocer con la sola luz de
nuestra mente algunas de sus manifestaciones: La más evidente es la
inteligencia. Los científicos más avanzados de la actualidad sugieren una Mente
cósmica que dirige la evolución del universo; asimismo los fenómenos
observables que rigen con precisión toda la materia constituyen pruebas
innegables de que existe una Causa o Inteligencia.
En el reino humano
también puede verse una gran diferencia entre las criaturas más primitivas y
las grandes personalidades de la ciencia, la cultura, etc. Esto indica un
crecimiento evolutivo hacia niveles superiores de inteligencia y estados del
ser, y nos induce a admitir que puede haber seres y reinos superiores que
escapan a nuestra comprensión actual. Que ellos no estén dentro de nuestro
conocimiento, no es razón para negar su existencia; la ciencia nos está
haciendo comprender cada vez más, cuán limitada es la extensión de nuestra
visión física, como también de nuestro conocimiento, y cuántas energías y
estados de la materia, invisibles para nosotros, existen en el Universo.
Tales realidades y
energías, inalcanzables aún para nuestra capacidad cognitiva, no están
separadas de nosotros, de manera que habrá alguna fórmula de comunicarnos con
ellas. Evidentemente esto es posible y actualmente se buscan esas formas a
través de la ciencia, como la física cuántica, por ejemplo. Las posibilidades
ilimitadas de nuestras relaciones con aspectos superiores del ser, y el
anhelo de saber más acerca de nuestra propia existencia, son claros incentivos
para la exploración de mundos internos y la búsqueda de nuevas experiencias en
el aspecto espiritual. Reflexionemos.
LA
GRAN INVOCACIÓN: “Desde el Punto de Luz en la Mente de Dios. Que afluya luz a
las mentes de la humanidad. Que la Luz descienda a la Tierra. Desde el Punto de
Amor en el Corazón de Dios. Que afluya amor a los corazones de la humanidad.
Que Cristo retorne a la Tierra. Desde el Centro donde la Voluntad de Dios es
conocida. Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de la humanidad. El
Propósito que los Maestros conocen y sirven. Desde el Centro que llamamos la
Raza Humana, que se realice el Plan de Amor y de Luz y selle la puerta donde se
halla el mal. Que la Luz, el Amor y el Poder (la Voluntad al Bien).
Restablezcan el Plan en la Tierra”. Que así sea, y que todos cumplamos nuestra
parte.
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