La mente es la creadora de todo. Es
por ello que deberías dirigir tu mente en tal
forma que solo cree el bien. Si te
aferras a un determinado pensamiento,
aplicando en ello tu fuerza de voluntad dinámica, dicho pensamiento llegará
finalmente a manifestarse en forma
externa y tangible. Y es así que, cuando eres
capaz de utilizar tu voluntad con
fines únicamente constructivos, te conviertes en
el amo de tu propio
destino.
Se han mencionado recientemente tres
importantes vías a través de las cuales es
posible activar la voluntad,
tornándola verdaderamente dinámica:
1) elige una tarea sencilla o alguna
actividad que jamás hayas dominado bien, y proponte
desarrollarla en forma exitosa.
2) asegúrate de que tu elección haya
recaído sobre
algo factible y constructivo a la vez,
rechazando toda idea de fracaso.
3) concéntrate en un solo objetivo,
aplicando todas tus capacidades y aprovechando
cuanta oportunidad se te presente para
materializar tu propósito.
Mas debes siempre procurar obtener la
certeza interior –nacida de la serena
profundidad de tu mas intimo ser- de
que lo que persigues es algo correcto, que te
conviene conseguir, y que está de
acuerdo con los designios divinos. Una vez
obtenida dicha seguridad, puedes
entonces aplicar toda la fuerza de tu voluntad
para así alcanzar tu objetivo, pero
manteniendo siempre tus pensamientos
concentrados en Dios: la fuente suprema de todo poder
y de toda realización.
Paramahansa Yogananda
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