YO SOY
1. A ti, que lees, Yo te hablo
2. Sí, a ti, que durante tantos años,
y en contínuo ir y venir, has estado ansiosamente buscando en libros y
enseñanzas, en filosofías y religiones, algo que no has sabido a punto fijo
qué; no pudiendo ser, sin embargo, más que: Verdad, Felicidad, Libertad, Dios.
3. A ti, que te sientes cansado,
desalentado y has perdido casi toda esperanza.
4. A ti, que muchas veces has logrado
percibir un destello de esa “Verdad”, pero que, al seguirla y tratar de
alcanzarla, la viste desaparecer en lontananza, como sucede con el espejismo
del desierto.
5. A ti, que creíste haberla
encontrado en un gran instructor, reconocido como el jefe de alguna Sociedad, Fraternidad o Religión, y
que a ti te pareció ser un “Maestro”,
por las maravillosas palabras de sabiduría que hablaba y las obras que hacía;
pero que, más tarde, pudiste darte cuenta de que ese “Maestro” no era sino una
humana personalidad, con sus faltas, debilidades y secretos pecados, tal como la tuya ; aun cuando dicha personalidad pudo haber sido, no
obstante, un conducto a través del cual se daban muchas hermosas enseñanzas que
te parecieron la más elevada “Verdad”.
6. He aquí, alma necesitada y
hambrienta, que no sabes a dónde ni a quién recurrir.
7. YO SOY quien a ti viene.
8. Y también, a todos los que habéis
comenzado a sentir la presencia de esa “Verdad” en lo
íntimo del Alma, y buscáis corroborar aquello que últimamente ha estado
vagamente esforzándose, desde vuestro interno,
por tener una expresión viviente en vosotros.
9. Sí, YO SOY el que viene ahora a
todo aquel que sienta necesidad del verdadero
“Pan de Vida”
10. ¿Estás tú ya dispuesto a participar
de él?
11. Si es así, despierta. Siéntate.
Calma tu mente humana, y obedece fielmente Mi palabra, tal como aquí la
expreso, pues de no hacerlo así, tendrás que retirarte desilusionado, una vez
más, y llevando en tu corazón el dolor de tu necesidad no satisfecha.
12. ¡ YO !
13. ¿Quién soy Yo?
14. Sí. ¿Yo que hablo con tanto
conocimiento y autoridad?
15. ¡ATIENDE!
16. YO SOY Tú, ese en ti que ES y SABE.
17. QUE SABE TODO.
18. Que
siempre supo y siempre ha sido.
19. Sí. YO SOY Tú, Tu propio SER; el que en ti dice: YO AOY, y que es YO SOY.
20. Ese muy íntimo en ti y
trascendente, que, a medida que vas leyendo, despierta y responde a esta Mi
Palabra al percibir en ella Su Verdad; ese que reconoce la Verdad y descarta el
error dondequiera que lo encuentra. Mas no
es ese que te ha alimentado en el error por tanto tiempo.
21. Porque YO SOY tu Real Instructor, el único real que
habrás de conocer, el único MAESTRO.
22. Sí, Yo, tu SER Divino.
23. Yo, el YO SOY tuyo, traigo hasta ti
este Mi Mensaje, Mi Palabra viviente, tal como he traído para ti todo en la
vida, ya sea ello un libro o un “Maestro”, pobreza o riqueza, amarga
experiencia o amor; todo para enseñarle que Yo y sólo YO, tu propio y Verdadero
Ser, SOY tu Instructor, el único
Maestro y el único Dios, Quien está y
siempre ha estado proveyéndote, no sólo de Pan y Vino de Vida, sino también de todo lo necesario para tu sostén físico
y acrecentamiento mental y espiritual.
24. Así, pues, todo lo que llame tu atención o excite tu interés, a medida que vas
leyendo, sabe que es Mi Mensaje
hablado de lo interno a tu conciencia
humana externa, y viene a ser una corroboración de lo que el YO SOY en ti
siempre supo en lo interno, aunque no
lo había aún puesto en términos bien definidos y comprensibles para tu
conciencia externa.
25. Asimismo, sabe que todo aquello que siempre haya excitado
Tu interés, proveniente de alguna manifestación visible o material, no h
sido sino la confirmación de Mi Palabra, ya hablada en tu interno, la cual manifestación tangible fue el conducto o medio más
apropiado del que Yo me valí en ese momento para llegar hasta tu conciencia
humana e impresionarla.
26. Pero no SOY YO tu mente humana, ni su hijo el intelecto. Estos vienen a
ser la expresión de Tu Ser, tal como
tú eres la expresión de Mi Ser;
siendo ambos, asimismo, fases de tu humana personalidad, de igual modo que tú
eres una fase de Mi Divina Impersonalidad.
27. Pesa y estudia cuidadosamente estas
palabras.
28. Yérguete y líbrate del dominio de
tu personalidad, cuya mente e intelecto, vanidosos, tienden a glorificarse a sí
mismos; ¡sí decídelo ahora, y para siempre!
29. Pero debes saber que para que Mi
Palabra penetre hasta la conciencia de Tu Alma, tu mente, de hoy en adelante
debe ser Tu servidora, y el
intelecto, Tu fiel servidor.
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