Para
meditar
"Antes de que
el alma pueda ver debe lograrse la armonía interna, y los ojos de la carne
deben estar ciegos a toda ilusión.
"Antes de que
el alma pueda oir, la imagen (el hombre) debe estar sorda a los rugidos y a los murmullos, a los bramidos de los
elefantes y a los argentinos zumbidos de la dorada luciérnaga.
"Antes de que
el alma pueda comprender y recordar, debe unirse a aquel que habla en silencio,
así como la mente del alfarero se une primero a la forma que le dará a la
arcilla.
"Entonces el
alma oirá y recordará.
"Y entonces
hablará la Voz del Silencio al oído interno.
La Voz del Silencio.
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