Espiritualmente hablando, el periodo actual se caracteriza por la tensión más bien que por la crisis. La Crisis decisiva para nuestra era abarcó el período entre las dos guerras mundiales (1918-1939) la segunda guerra mundial misma y sus consecuencias inmediatas.
Hoy nuestras periódicas crisis van a la par de la amplia construcción de lo nuevo y de la creación y el sentido universal de progresar. La pregunta es ¿puede el género humano emplear la actual tensión entre lo viejo y lo nuevo en forma creadora, para garantizar la correcta entrada en la nueva era, que involucra solidaridad, justicia, fraternidad, o no aprovecharemos la oportunidad, retrocederemos y retornaremos a nuestros anteriores métodos egoístas y destructivos?
Cada uno de nosotros depende de la forma creadora en que emplea los puntos de tensión –uno para lograr el surgimiento y el otro para provocar una respuesta evocadora. Ambos conciernen al futuro, y la influencia de las energías y los valores espirituales superiores conciernen al presente.
La invocación exitosa evoca siempre respuesta, la cual crea un fermento y un movimiento, y el conflicto dinámico en ese nivel que debe ser afectado o cambiado Finalmente cada uno queda bajo el control y la influencia de la energía del amor.
LA GRAN INVOCACION…
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