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SINFONÍAS DEL ESPÍRITU,CONÓCETE A TI MISMO

viernes, 8 de julio de 2011

Compresión espiritual


Si quieres crecer en comprensión espiritual, vuélvete como un niño y deja que el universal espíritu de bien te enseñe. No esfuerces tu intelecto tratando de comprender las grandes cuestiones de la vida; espera hasta que hayas desarrollado facultades que puedan comprenderlas. Hay un ir y un venir de los hombres que no cesará mientras traten de explicar las cosas espirituales con el intelecto. Escucha en la quietud dentro de tu propia alma -y la encontrarás resonante con una nueva lengua.


Al mundo le falta comprensión espiritual. En todas partes alrededor de nosotros están los que predican y enseñan las llamadas religión y doctrina de Jesucristo, sin embargo ¡cuán pocos hay que tengan comprensión de la realidad que El prometió que vendrá a aquéllos que creen!. Es evidente que ellos no tienen la comprensión de Su enseñanza que guía a los "signos" mencionados en el último capítulo de Marcos como testimonio de aquéllos que creen.

En el estudio de la Verdad encontramos que estos signos siguen en realidad a aquéllos que alcanzan la comprensión espiritual lograda con la completa aceptación de la ciencia espiritual. Una comprensión parcial es acompañada por una manifestación de una parte de los signos. Hasta una leve percepción espiritual, lleva en mucha gente al desenvolvimiento del poder de sanar al enfermo. Esto se está demostrando en todo el mundo. Se está volviendo tan común, que en todas partes, "niños" en comprensión espiritual están haciendo ahora poderosas obras en la restauración de la salud a inválidos.


Esta comprensión, no obstante, no es el completo esférico sol que según la promesa se encontrará en aquéllos que se hayan puesto la blanca vestituda de la pureza; es sólo unos pocos rayos dispersos que han encontrado paso a través de las mudables rendijas de las creencias mortales. Sanar estos perecederos cuerpos del mundo de las sombras, no es la Verdad última; ni es siquiera un factor en las futuras glorias del desenvolvimiento permanente que seguramente será la porción de aquéllos que alcanzan comprensión plena. Estos cuerpos dolientes y enfermos son los resultados de flagrantes errores que los hombres han cometido sin ayuda divina.

Estos errores pueden corregirse. Hay muchos ahora en el camino de una comprensión que desarraigará la creencia en la muerte de modo tan completo, que sus cuerpos no pasarán nunca por el estado de corrupción física. Eventualmente la comprensión de las cosas espirituales refinará de tal manera el cuerpo físico, que se desvanecerá de la vista de aquéllos en quienes lo real no ha sido igualmente percibido. El proceso llegará a ser tan común, que todos lo esperarán como el último y morir de la vieja manera, se considerará vergonzoso.

Aquellos que pasan fuera de nuesta vista, no irán necesariamente a ninguna parte según entendemos la distancia, sino sencillamente llegarán a una comprensión más completa del nuevo cielo y la nueva tierra que están aquí mismos, a nuestro alrededor.

Si tuviéramos la comprensión de cosas espirituales que es nuestra por derecho divino, veríamos que ahora estamos codo con codo con los habitantes de un plano hermoso sobre toda comparación. Este planeta es en realidad un pensamiento de la Mente Divina, vivo en la misma vivificadora inteligencia que aviva al hombre. Su ser real es espiritual y corresponde al principio de Cristo, que es la vida del hombre. Es la habitación de las almas perfeccionadas que han llegado a la conciencia de su nidad con la Mente única, y cuando nos retiramos dentro de nosotros en el silencio, alcanzamos cierto grado de armonía con él. Es lo que llamó Jesús el cielo que está dentro de tí.

Así el nuevo cielo y la nueva tierra prometidos, no envuelven otra creación, sino simplemente enrollar como si fuera un pergamino escrito, los conceptos erróneos de los hombres acerca de la realidad de las cosas que les rodean. Aquéllos a quienes se les restaura la comprensión espiritual pueden ahora y aquí gozar de esta nueva Jerusalén. Es sencillamente saber distinguir lo real de lo irreal. Cuando el hombre sabe esto, está ya en el cielo, no importa lo que indique su externa condición.

La plena comprensión que está ahora amaneciendo, eliminará todas las imágenes invertidas -pecado, enfermedad, sufrimiento y muerte- que han sido dotadas por el hombre de aparente permanencia. Ellas no son en ningún sentido reales, sino erróneas combinaciones en que los sentidos han arreglado su pequeño almacén de conocimientos.

Una armoniosa relación de los conceptos mentales cambiaría la tierra y todas sus relaciones en un abrir y cerrar de ojos. No ocurriría un cambio en realidad -sino sólo un ajuste de los pensamientos que ahora tienen los hombres. Por ejemplo, tomó mucho tiempo a la gente comprender que el sol no da vueltas alrededor de la tierra. Pero ahora vemos con los ojos de la mente cómo la tierra y los planetas viajan alrededor del sol y una relación enteramente nueva de las cosas se presenta. Vemos que aquí mismo ante nuestra vista, de la cual dependemos para información, existe una condición de asuntos de que nuestros ojos nada nos dicen -que de hecho, contradicen de plano.




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