PLENILUNIO DE ACUARIO - 31 DE ENERO
Clave: Agua de Vida Soy, Vertida para los Hombres Sedientos Cualidad: Renovación. Elemento: Aire
Por: Grupo de Meditación para la Nueva Era.
EL PRINCIPIO DE BUENA
VOLUNTAD
Un signo alentador
en nuestro confuso mundo actual, pleno de difíciles corrientes que
se cruzan y también de posibilidades alarmantes, es que la buena
voluntad se discute, reconoce y apoya comúnmente, pero lo familiar
no es fácil apreciarlo como una visión. Así sucede con la buena
voluntad y todo lo que se ha dicho sobre la frase “trato de amar y
no odiar” en la primera parte, es aplicable también al tema de la
buena voluntad.
Buena voluntad es
un PRINCIPIO, y un Principio ha sido llamado una “idea de Dios”,
algo que orienta y dirige nuestras vidas, que ofrece lo que podría
decirse una vara para medir o una escala de valores para nuestras
actitudes y acciones. Un Principio es una realidad espiritual, una
verdad a la cual responde el Yo superior, el Alma en cada uno de
nosotros, y que está siempre a tono con el mayor bien para el mayor
número. Las grandes Leyes están basadas sobre principios y, en este
caso, un estudio del Principio de Buena Voluntad nos introduce más
profundamente en los fundamentos de la Ley de Rectas Relaciones
Humanas.
VOLUNTAD es una
potente energía –quizás la más potente que existe en el
universo. Constituye el Primer aspecto de la Deidad, el aspecto que
más directamente expresa o indica Su naturaleza esencial. Se ha
dicho que la humanidad debe comprender a la Deidad de tres maneras,
siendo la primera: Dios es Mente, Inteligencia, La Mente Cósmica,
que la ciencia moderna ha empezado a aceptar y también a comprobar;
la segunda, que Dios es amor, el gran mensaje -todavía muy lejos de
ser practicado- de las religiones superiores; la tercera, que Dios es
Voluntad, puede decirse que esta comprensión es sólo embrionaria en
la humanidad actual. La siguiente comprensión sintética
será: Dios es Voluntad
amorosa e inteligente –sintética,
porque incluye a los tres aspectos conocidos o supuestos por la
humanidad hasta ahora. Puede haber otros, pero por ahora es
suficiente esforzarnos por comprender estos tres. Lamentablemente la
humanidad aún no posee la síntesis –o armonía de estos tres
aspectos. Hay mucho despliegue de inteligencia y gran actividad
mental en las cuales no existe amor y frecuentemente se la emplea
para propósitos egoístas. También hay mucho amor en sentido
emocional, pero poca o ninguna inteligencia que ilumine y guíe. Lo
más peligroso es que existe en la humanidad mucha voluntad que no es
amorosa, voluntad empleada egoístamente a fin de llevar a cabo los
objetivos de la personalidad.
Generalizando,
puede decirse que el estado actual de la humanidad se debe
principalmente al hecho de que quienes poseen voluntad carecen a
menudo de voluntad al bien y quienes profesan amor tienen poca o
ninguna voluntad pues son débiles, temerosos. En otras palabras, la
voluntad, para ser constructiva y no destructiva, debería ser
voluntad
al bien.
Esto requiere poseer un elevado grado de evolución y una verdadera
percepción espiritual; la voluntad al bien puede y debe manifestarse
por medio de la personalidad del hombre, de la mujer, y, cuando esto
sucede, se denomina buena
voluntad.
Invoquemos juntos:
“LA GRAN INVOCACIÓN”.
“Desde el Punto de
Luz en la Mente de Dios. Que afluya luz a las mentes de la humanidad.
Que la Luz descienda a la Tierra. Desde el Punto de Amor en el
Corazón de Dios. Que afluya amor a los corazones de la humanidad.
Que Cristo retorne a la Tierra. Desde el Centro donde la Voluntad de
Dios es conocida. Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades
de la humanidad. El Propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el Centro que llamamos la Raza Humana, que se realice el Plan
de Amor y de Luz y selle la puerta donde se halla el mal. Que la Luz,
el Amor y el Poder. Restablezcan el Plan en la Tierra”.
Que así sea.
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