Hoy en día hay
mucha desorientación en el mundo. La humanidad percibe cambios vibratorios en
el ambiente; fuertes corrientes de fuerzas invisibles que se están produciendo
en la vida de las naciones del mundo, por el amanecer de la Nueva Era, empujan
al ser humano a dejarse arrastrar en cualquier dirección. Pero más tarde estas
fuerzas serán amaestradas; los pensadores, los escritores, el mundo entero
cambiarán sus puntos de vista, se
fijarán en la naturaleza humana y comprenderán que los humanos no alcanzarán la
plenitud espiritual y material, hasta que aprendan a satisfacer las necesidades
del alma y del espíritu.
Por qué este vacío
y este descontento que se ven por doquier? Los humanos lo poseen todo, pero
siempre están descontentos. Es porque no se conocen a sí mismos. Todo está ahí,
dentro de ellos. Y saben por qué? Porque aún nos comportamos como si fuésemos
el cuerpo, como si sólo fuésemos materia, como si sólo fuesen vientre y sexo.
Buscando sólo satisfacer ambas cosas. Nos olvidamos, no hacemos conciencia que
somos alma y espíritu; una chispa de luz, algo que pertenece a otra naturaleza,
a otra dimensión, con distinta vibración, algo divino cuyos deseos hay que
sondear para comprender lo que necesita.
El alma tiene
otras necesidades que el cuerpo físico y queremos que coma un alimento que no
puede digerir. Nunca se le da lo que pide. El alma pide el espacio infinito, la
luz deslumbrante, pide la armonía, la música celestial, pero siempre se le da
un alimento material, por eso dormita, suspira, se asfixia y muere.
Cuando el hombre,
cuando la mujer, se conozca a sí mismo(a), cuando sepa, cuando esté consciente,
cuando realice, que está formado(a) por varios principios, por varios cuerpos
entrelazados (físico-emocional-mental), y que cada uno necesita de una
alimentación adecuada, y que todos estos cuerpos deben estar en armonía entre
sí, este cambio de filosofía, este cambio de visión, esta realización de
conciencia superior, producirá una mejora en todos los campos: social, económico,
político, etc., la vida en este plano será completa y traerá el orden y la
felicidad entre los seres humanos, cumpliéndose el Plan de Dios.
El Reino de Dios
debe venir primero a la cabeza de los seres humanos como inteligencia, como luz;
luego se introducirá enseguida en el corazón como sensación, como felicidad, y
descenderá por fin hasta el plano material o físico donde se manifestará como
abundancia y paz. Esto es posible, y nosotros debemos trabajar y colaborar en
el Plan de Dios, para que la buena venturanza anunciada por los Grandes que nos
precedieron y que han sido la vanguardia de la raza, sea un hecho, ya!, en la
vida de cada uno de nosotros y en la vida de la entera raza humana.
REFLEXIONEMOS.
El MANTRA DE UNIFICACIÓN
– LA GRAN INVOCACION.
Los hijos de los hombres son uno y yo soy uno con ellos.
Trato de amar y no odiar. Trato de servir y no exigir servicio. Trato de curar
y no herir. Que el dolor traiga la debida recompensa de luz y amor. Que el Alma
controle la forma externa, la vida y todos los acontecimientos, y traiga a la
luz el Amor que subyace en todo cuanto ocurre en esta época. Que venga la
visión y la percepción interna, Que el porvenir quede revelado. Que la unión
interna sea demostrada. Que cesen las divisiones externas. Que prevalezca el
Amor. Que todos los hombres amen. Y que todos cumplamos nuestra parte.
Grupo de
Meditación Creadora – Monte de la Meditación.
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