El Sendero indica dirección, extensión y cumplimiento y toda unidad de vida y de conciencia -sea cual sea su grado de integración
espiritual- viene impelida desde sus cósmicas e inmortales raices por un
propósito insigne que dirige su existencia mortal como fragmento por una
extensión más o menos dilatada de espacio dentro del tiempo kármico del planeta,
persiguiendo un grado específico de cumplimiento, el cual, naturalmente, estará
de acuerdo con la intensidad del propósito espiritual y la duración o
permanencia del mismo bajo una definida forma en el seno de aquella extensión
temporal. Jugando con estos tres factores podríamos programar no solamente una
imagen sicológica del fragmento, fuese cual fuese su grado de integración, sino
que al propio tiempo podríamos afirmar que todo cuanto existe de pequeño o de
grande en la vida del Universo, forma parte de un destino común y que todo
evoluciona proporcionalmente de acuerdo con una INTENCION infinita, mas allá de
nuestra humana comprensión, pero que fija o establece para cada ser, para cada
especie, raza o reino un Arquetipo de perfección a través del cual se realizan
las aspiraciones, intenciones o voluntades del insigne y eternamente
desconocido Creador universal.
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