La abundante vida interna que aspiramos construir no consiste en un ciego anhelo o en una fe ciega. El anhelo está presente, y forma parte de la energía creadora universal que nos da forma y vida. La fe puede también estar presente, porque la vida cree en la vida y se regocija en ella. Pero la fe ciega no está menos sujeta a error que la ciega incredulidad. El espíritu libre y heróico rige su destino a la plena luz de la conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario