El Maestro Djwal Khul es
discípulo del Maestro Koot Hoomi. Trabaja bajo el Segundo Rayo de Amor
Sabiduría y ascendió o recibió su Quinta Iniciación en el año 1875, sin pasar
por el proceso de desencarnación, conservando su cuerpo tibetano...
Su enseñanza forma
discípulos con mente abierta y corazón amoroso que comprenden, sin lugar a
dudas, que el camino más corto en el Sendero es el SERVICIO A LA HUMANIDAD, no
en base a una emotividad sino penetrando en el por qué de esta verdad y así, el
amor hacia la humanidad se convierte, de un amor emocional en un amor
inteligente y por lo tanto, inquebrantable. Por todos los medios, el Maestro te
enseña que la clave está en SER BUENO y te lo demuestra con tal amplitud de
información y conocimiento, que ser bueno resulta el camino del sabio, del que
conoce, y estas palabras se convierten en una luz superior que encamina la vida
del discípulo.
El Maestro, consciente de
que el alumno debe tener un cuerpo mental bien desarrollado y organizado, pone
a pensar al estudiante tan profundamente que realmente estimula la mente y la
desarrolla. Muchas veces utiliza la técnica de la aparente contradicción con
absoluta maestría y de esta manera destruye barreras mentales y conceptos
cristalizados que obstaculizan la captación de las enseñanzas para esta Nueva
Era.
Te enseña que el trabajo
contigo mismo debe ser continuo, día y noche, pero el motivo debe ser el
servicio a la humanidad. Te lleva a darte cuenta que SOMOS UNA SOLA ALMA sobre
este planeta, por lo que el trabajo aislado de salvación personal no tiene sentido.
Es muy difícil que un estudiante preparado en estas enseñanzas caiga en un
espejismo astral de “contacto con los Maestros” o de creerse un “elegido”, o cualquier
otra tendencia que lleve a la separatividad.
El Maestro repite
constantemente que los Maestros no se meten en los asuntos de la personalidad.
“Los días de contacto con la personalidad, atención a la personalidad y
mensajes personales, hace tiempo que han terminado, excepto en el valle de la
ilusión que esta en el plano astral.
Estas son palabras duras, pero ningún
verdadero discípulo las interpretará mal”. (Pág. 109, Tomo I, Tratado Sobre los
Siete Rayos).
Y añade que el estudiante
aprende a ser Adepto y Maestro manejando sus propios asuntos en el plano físico
y su idiosincrasia astral, a través del contacto con su Cristo Interno, con la
Luz y la Fortaleza de su propia Alma. “Los que nos dedicamos a la enseñanza
violaríamos una ley y obstruiríamos el desarrollo del aspirante si tratáramos
de imponerle condiciones que no son naturales, lo cual estimularía
excesivamente su naturaleza inferior. ¿Cuándo aprenderán que los Instructores y
discípulos avanzados que los tienen a su cargo, sólo trabajan con el Alma y en
los niveles mentales? ¿Cuándo comprenderán que hasta que el hombre no haya
hecho contacto con su propia alma y aprenda a actuar como mente controlada, muy
poco podemos hacer por él?. (Idem. pág. 111-112).
El Maestro insiste mucho en
que el discípulo se convierta en un PENSADOR, que apoyándose en su propia Alma
y desarrollando la Voluntad trabaje por la humanidad. No es siguiendo a la
voluntad de otro sino desarrollando la propia, como se llega a ser Maestro. Nos
habla extensamente de la “Conciencia Grupal” y el trabajo destinado a
desarrollarla. Es un estado superior de
conciencia y también un paso intermedio hacia la Conciencia divina. El
Maestro nos enseña que la Autoconciencia es el amor a sí mismo; pero en el
reconocimiento de que cada conciencia es parte integrante de un todo mayor,
debe dar paso a la Conciencia Grupal, que es, amor a quienes nos rodean; y con
el tiempo, el amor se convertirá en el amor al todo, que es la Conciencia de
Dios.
La Conciencia Grupal en su
mayor expresión se conoce como Conciencia Búdica. Es la unión de varias
conciencias individuales a tal punto que constituyen una UNIDAD GRUPAL, con sus
propias características y capaces de funcionar como una entidad autoconsciente.
Ella es la que nos permite identificarnos con nuestro grupo egóico y
posteriormente llegar al ASHRAMA (Grupo) del Maestro que nos corresponde. En
los grupos espirituales se consigue el campo idóneo para el desarrollo de la
Conciencia Grupal.
El Maestro señala que para
convertirse en un verdadero Servidor Mundial y trabajar activamente en unión a
los Grandes Seres, para cumplir el Plan divino, es necesario tres requisitos: 1) Aprender a practicar la
inofensividad. 2) No desear nada
para el yo separado. 3) Ver la
Divinidad en todo.
Permite que estos tres requisitos se
conviertan en un mandato diario en tu vida y comprobarás el poder que ellos
encierran.
Desde nuestro corazón, que la Paz y el Amor de Cristo Jesús sea en tu corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario