El amor en la Mente Divina
es la idea de unidad universal. En expresión, es el poder que une y ata juntos
el universo y todo lo que contiene. El amor es un poder armonizador y
constructivo. Cuando se activa en la conciencia, conserva la sustancia y
reconstruye, reedifica y restaura al hombre, a la mujer y su mundo.
Cuando
hago una perfecta unión entre mi mente y la amorosa mente del Padre, realizo una bondad perdurable y un
gozo más allá de toda expresión. El punto de contacto es querer y buscar por mi
parte. "Busca y encontrarás; toca y se te abrirá".
El
amor es aquel poder inmenso, aquella divina cualidad de Dios que se está
expresando a través de toda la humanidad, y no puede ser suprimido por ninguna
fuerza externa. Yo declaro ahora firmemente que se está expresando a través de
mí y que los alrededores ni ninguna condición externa pueden impedirlo.
Cualquier condición de desamor en el mundo, no es una barrera para ejercer mi
amor; de hecho es un incentivo.
No
temo verter todo mi amor en todos los llamados males del mundo. Niego la
apariencia del mal y afirmo la omnipotencia del amor y la bondad. La palabra
amor vence al odio, la resistencia, la oposición, la obstinación, la cólera,
los celos y todos los otros estados de error donde hay fricción mental o
física. Cuando el amor divino entra en los procesos del pensamiento, cada
célula de mi cuerpo es equilibrada y balanceada en el espacio, en correcto
orden matemático en cuanto a peso y relativa distancia.
En
quietud y confianza afirmo: "Dios, en Su amor, me llena de nueva vida. En
Su nombre yo soy purificado(a), fortalecido(a) y sanado(a).
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