Tu manifiestas
éxito o fracaso de acuerdo al curso habitual de tus pensamientos. ¿Cuál es en ti la tendencia más fuerte: los pensamientos
de éxito o los de fracaso? Si tu mente se encuentra por lo general en un estado
negativo, un pensamiento positivo ocasional no será suficiente para atraer el
éxito. Pero si piensas en forma correcta, llegarás a la meta aun cuando parezca
que te envuelven las tinieblas.
Tu mismo eres
el único responsable de tu destino. Nadie más responderá por tus acciones cuando
llegue el momento del juicio final. Tu labor en el mundo –en la esfera en la
cual te ha colocado tu propio karma, es decir, el efecto de tus acciones
pasadas- no puede ser desarrollada sino por una sola persona: tú mismo. Y tu
trabajo puede ser llamado, en verdad, un “éxito”, únicamente en la medida en
que haya servido en alguna forma a tu prójimo.
No es
aconsejable revisar mentalmente un determinado problema en forma constante. Conviene
dejarlo descansar ocasionalmente, dándole así tiempo para que se aclare por sí mismo;
pero cuida de que tú no descanses en forma prolongada que llegues a olvidarte completamente
de discernir. Aprovecha, más bien, dichos períodos de reposo para profundizar
más en tu interior, sumergiéndote en la honda paz de tu íntimo ser. Entonces, una
vez que estés en armonía con tu propia alma, serás capaz de analizar todas tus
acciones; y si adviertes que tus pensamientos o tus obras se han desviado de la
meta, podrás corregir su dirección. Este poder de divina “sintonización” (o armonización)
puede desarrollarse a través de la práctica y del esfuerzo.
Paramahansa Yogananda - La ley del éxito
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