A G N I Y O G A
PARTE S E I S
LAS TECNICAS
Y LAS DISCIPLINAS
Este estudio someterá a la consideración del atento
estudiante algunas nuevas ideas con respecto a la vida sicológica del hombre,
que pese a su novedad y aparente contradicción con todas las normas
establecidas como guías de la conducta social humana, deberían ser analizadas
con mucho cuidado y no negarse sistemáticamente a analizarlas por razones
obvias, tales como las de que ya se ha establecido un régimen de disciplina o
de conducta que nos agrada y que, por tanto, no deseamos cambiar. Todo ello
será tenido en cuenta a medida que estudiamos, pero habrá que hacerse un
énfasis especial a cuanto hemos venido diciendo en lecciones anteriores en el
sentido de que dentro del corazón humano existe un movimiento natural o
espiritual en eterno proceso de expansión cíclica y que la mente, que fragua
todas las disciplinas y todas las normas de vida, no deberá detenerse en ningún
momento sobre cualquier canon de orden intelectual establecido como norma de
valores sicológicos si es que persigue una meta realmente importante y de
carácter trascendente, a fin de que no quede amortiguado el fuego expansivo de
aquel movimiento natural en la vida de la humanidad.
Así, de esta manera, no deberemos cualificar al AGNI
YOGA como una nueva disciplina impuesta a la mente para conquistar ciertos
estados de conciencia, sino más bien
distinguirlo como un sistema natural de acercamiento a la Verdad, la
cual no ha de ser conquistada a la fuerza de disciplinas, sino que debe ser
profundamente descubierta siguiendo en forma serena y expectante el incesante
despliegue de energías que surgen del corazón y tratan de explayarse en lo
eterno.
Esta será perpetuamente el misterio que discurre entre
la inmanencia y la trascendencia del alma humana y la raíz de todos los
sistemas de contacto que los hombres han elaborado a través de las edades. La
culminación de un estado de conciencia, el logro de un arquetipo racial o la
realización del prototipo de una especie cualquiera en la vida de la
naturaleza, indican siempre grados de contacto de la inmanencia de la Divinidad
encerrada en cada una de las partículas o fragmentos de su propio Ser dentro de cárceles de forma,
con la Trascendencia esencial de Su Vida Creadora. Lo mismo podría ser dicho
con respecto a los átomos que constituyen las células y los órganos de nuestro
cuerpo, caso de que ellos -tal como así lo aseguran los tratados esotéricos-
tengan conciencia de su ser, es decir,
de su sentido de inmanencia con respecto a nosotros que constituimos su
absoluta meta trascendente. Así, la leyenda de Krishna, el Creador , y de
Arjuna, el discípulo inmerso dentro del campo de la Creación, constituirá
siempre el símbolo de las vinculaciones existentes entre lo inmanente y lo
trascendente dentro del alma humana.
Las disciplinas en la vida personal conducentes a la
realización de un objetivo definido en la vida sicológica del ser tales como la
concentración mental, el logro de un buen carácter o el control de la
naturaleza emocional, son correctas si el ánimo individual es consciente de su
propia inmanencia y sabe perfectamente los motivos que le impulsan a buscar su
esencial trascendencia. Fue de esta manera que surgieron a través del tiempo los
Yogas conocidos y todos los sistemas de entrenamiento espiritual. Sin embargo,
los Yogas así como todas las disciplinas de vida tendientes a un acercamiento
espiritual del ser humano, cambian en el transcurso de las edades y deben ser
periódicamente reemplazadas por otras cuando se advierte que ya han cumplido su
objetivo o meta prefijada.
Lo erróneo sería mantener contra todo evento las
técnicas trascendidas de contacto espiritual, sea porque ellas resultan más
fáciles de realizar que las nuevas que la presión de la vida va imponiendo, o
porque debido a las situaciones kármicas nos sentimos atados todavía a aquellos
sistemas tradicionales. Desde el ángulo supremamente elevado e intuitivo y por tanto impersonal, la humanidad
inteligente deberá haber trascendido ya el Hatha Yoga, el Yoga del cuerpo
físico, y el Bakti Yoga, el Yoga de la naturaleza emocional. No obstante, son muchos todavía los aspirantes
espirituales del mundo, algunos de ellos verdaderamente cualificados,
preocupados aún por las prácticas físicas de los Asanas o posturas del cuerpo a
adoptar en las disciplinas de Hatha Yoga, cuando la natural disciplina de la
vida cotidiana que ya de si misma exige un esfuerzo definido e insoslayable, o
la práctica del deporte, compensan sobradamente el mínimo de entrenamiento que
exige el cuerpo físico actual, muy perfecto y refinado en sus funciones, con
respecto al tosco cuerpo que utilizaron las primitivas humanidades Lemures para
las cuales fueron creadas las disciplinas del hatha Yoga.
Lo mismo puede ser dicho siempre desde el ángulo del
discipulado consciente para el cual ha sido dada esta enseñanza en relación con
las disciplinas del Bakti Yoga, puestas al servicio de las humanidades Atlantes
y que todavía hoy continúan siendo las bases del entrenamiento de muchísimos
aspirantes espirituales de temperamento acusadamente místico o devocional... A
la humanidad consecuente de nuestros días, constituida fundamentalmente por
seres humanos dotados de gran experiencia espiritual, le corresponde lógicamente
un entrenamiento mental basado en las técnicas del Raja Yoga, el Yoga
correspondiente a la Raza Aria en su conjunto, ya que es a través de la mente
que los seres humanos que han nacido bajo la impresión de los nuevos tiempos
podrán controlar sus naturalezas emocionales y equilibrar las funciones
fisiológicas de sus cuerpos físicos.
Cada Raza, con sus siete subrazas, obtiene de la
Divinidad el privilegio de un definido Yoga racial, o de un sistema de
entrenamiento espiritual destinado a producir determinados y específicos
resultados. Sin embargo, pese a la actividad de esta Ley racial, existen
efectos kármicos de orden superior que predisponen el ánimo de ciertas personas
a rebasar la medida del Yoga impuesto por la Divinidad para un ciclo determinado
de vida racial... Para estas personas que vienen a ser como la eclosión de
ciertas virtudes divinas dentro del corazón humano, no puede existir imposición
alguna con respecto a las disciplinas del Yoga racial que corresponde a un
ciclo astrológico determinado. Han habido así, a través del curso de la
historia planetaria, seres humanos que participaron de los beneficios de Yogas
superiores a los que regían grupalmente para la humanidad de una época
cíclicamente establecida.
Estos seres humanos avanzaron mucho más rápidamente
que los demás y se convirtieron en guías serenos y cualificados de las demás
individualidades de la Raza. Ya como discípulos capacitados o como verdaderos
Iniciados en la Ciencia del Yoga, cuyos misterios conocían perfectamente, tales
individualidades humanas cumplieron con la consigna jerárquica de “reflejar
objetivamente el Reino de Dios” y demostrar la existencia de Yogas superiores a
los que eran practicados en cada una de las épocas.
Avizorando el conjunto de la humanidad, sería ilógico
relegar al olvido algún Yoga definido porque sus fases de entrenamiento o de
disciplina fueron trascendidas por una gran mayoría de la Raza humana, ya que
dentro de la totalidad del complejo racial se ven todavía muchísimos seres
humanos cuyo grado de evolución les impide acogerse a las disciplinas o
sistemas de entrenamiento espiritual vigentes para aquella época y deben
recurrir forzosamente a las técnicas o métodos de tipo menor que corresponden a
su estado sicológico y grado de integración espiritual.
Dense cuenta, sin embargo, que en esta Enseñanza del
Agni Yoga intento hablar mayormente al grupo de aspirantes espirituales en
rápido crecimiento, para los cuales resultan ya inadecuadas, estrechas y
condicionantes las estructuras representativas de los Yogas del pasado. Como
siempre, ”... hay que darle a Dios lo que es de Dios y al César lo que sea del
César”. El César impuesto al común de la Raza tiene sus propias y naturales
exigencias en lo que al Yoga respecta y no puede rebasar ciertas medidas, las
impuestas lógicamente por la presión de los acontecimientos kármicos y por el
grado de apego a los valores materiales.
Dios operando sobre el César trascendido de algunos
seres humanos tiene otras exigencias, ya que el rigor del karma es menor y es
más profunda y completa la integración espiritual. Las disciplinas impuestas al
César humano por los propios condicionamientos naturales o grados de evolución
alcanzado, perpetúan en la vida social del planeta los Yogas trascendidos por
la época. Por el contrario, los seres humanos cuyo César fue desgastado en el
transcurrir de las edades por el sostenido esfuerzo y las más costosas
disciplinas, agotaron los recursos naturales del entendimiento concreto o
racional y apoyándose sobre esta conquistada experiencia humana claman por un
Yoga superior, más allá y por encima de todos los demás Yogas trascendidos. Es
para este creciente número de aspirantes espirituales inmersos en el devenir de
la acción creadora que fue dado al mundo el Yoga del corazón, el Yoga de Síntesis.
Agni Yoga representa en los
momentos actuales la eclosión de las facultades superiores que corresponden a
las almas avanzadas de la Raza humana, así como el descubrimiento de un nivel
en la vida de la Naturaleza y dentro del corazón en el que sólo se respira paz,
fraternidad y equilibrio. Es el equilibrio del Cuarto Rayo que ya no será para
el discípulo el de la Armonía del corazón silente de la Divinidad expresada a
través del hombre.
Desde mi corazón, la Paz y el Amor de Cristo-Jesús, sea
en tu corazón.
Por: Vicente Beltrán A.:
Hermano Mayor
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