Comenzamos la reflexión de hoy con esta afirmación: “Aquel a Quien el mundo espera, ha dicho que todo lo que se pida con FE y en Su nombre, le será concedido”. “La FE es la sustancia de las cosas esperadas y la evidencia de las cosas no vistas”.
Qué es la FE? Cristo dijo: “Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí a allá, y pasará”. Y luego agregó, estas extrañas palabras: “Y nada os será imposible”. La FE es algo más que una simple creencia. Cristo la define como un grano, como una semilla; y una semilla es algo organizado de tal modo que tiene vida en sí misma, y puede crecer por ella misma. Si un hombre, una mujer, lleva en sí mismo (a) la semilla de la fe, significa que se encuentra vivo, conscientes, que tiene conocimiento, y por tanto confía, tiene fe.
Cuando Cristo supo que los discípulos no pudieron curar a un lunático. Cuando ellos le preguntaron por qué no habían podido curarlo, su primera respuesta fue: “Por vuestra incredulidad”. También dijo: “¡Oh generación sin fe que te mueves en diversas direcciones!”
Un hombre sin fe, un hombre infiel, es un ente disperso, un veleta, se mueve en muchas direcciones, sin saber nunca hacia donde va. Y esto es lo que hacen justamente muchas personas en la vida diaria, se mueven en varios sentidos, siguiendo diferentes objetivos; en un momento dado creen una cosa, están de un humor; al siguiente creen en otra y están de otro humor. Muchas personas no piensan por sí mismas, son llevadas como veletas por los pensamientos, y direcciones de otras personas. No se molestan en averiguar por sí mismas los acontecimientos sino se llevan y afirman lo que dicen los rumores, las matrices de opiniones, creados por intereses egoístas de otros…y viven torcidos (as). Basta con que uno se observe a sí mismo (a) para ver cuán cierto es esto. ¿No es verdad que uno cambia de dirección con casi todos los libros que lee, con casi todas las opiniones que escucha, con casi todos los cambios de circunstancias y de moda? ¿Y cada humor no nos pinta la vida con colores distintos?
Pero nos imaginamos que tenemos una estabilidad interior, sicológica permanente, claro, mientras las cosas no cambian en nuestro entorno, entonces nos dejamos influenciar, en vez de usar nuestra síntesis y experiencias vividas propiamente y no lo que dicen otros. Cuando estamos claros con la vida que experimentamos y vivimos, y somos fieles a nosotros mismos, ahí se manifiesta plenamente la Fe. Sólo con leer la historia podemos darnos cuenta de cuán carente de propósito es la vida en su sentido más profundo.
Hoy se hace necesario que desarrollemos la FE en Dios y en su Plan para la Humanidad como un todo. Para ello, desarrollemos la capacidad de atender al significado real de los acontecimientos en nuestro Mundo y no nos hagamos cómplices de la infidelidad, es decir, de los chísmenes y de los diretes que hoy están de moda. Fortalezcamos la FE .
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