Su enseñanza forma
discípulos con mente abierta y corazón amoroso que comprenden, sin lugar a
dudas, que el camino más corto en el Sendero es el SERVICIO A LA HUMANIDAD, no
en base a una emotividad sino penetrando en el por qué de esta verdad y así, el
amor hacia la humanidad se convierte, de un amor emocional en un amor
inteligente y por lo tanto, inquebrantable. Por todos los medios, el Maestro te
enseña que la clave está en SER BUENO y te lo demuestra con tal amplitud de
información y conocimiento, que ser bueno resulta el camino del sabio, del que
conoce, y estas palabras se convierten en una luz superior que encamina la vida
del discípulo.
El maestro, consciente de
que el alumno debe tener un cuerpo mental bien desarrollado y organizado, pone
a pensar al estudiante tan profundamente que realmente estimula la mente y la
desarrolla. Muchas veces utiliza la técnica de la aparente contradicción con
absoluta maestría y de esta manera destruye barreras mentales y conceptos
cristalizados que obstaculizan la captación de las enseñanzas para esta Nueva
Era.
Te enseña que el trabajo
contigo mismo debe ser contínuo, dia y noche, pero el motivo debe ser el
servicio a la humanidad. Te lleva a darte cuenta que SOMOS UNA SOLA ALMA sobre
este planeta, por lo que el trabajo aislado de salvación personal no tiene
sentido.Es muy difícil que un estudiante preparado en estas enseñanzas caiga en
un espejismo astral de “contacto con los Maestros” o de creerse un “elegido”, o
cualquier otra tendencia que lleve a la separatividad.
Estas son palabras
duras, pero ningún verdadero discípulo las interpretará mal”.
Y añade que el estudiante
aprende a ser Adepto y Maestro manejando sus propios asuntos en el plano físico
y su idiosincracia astral, a través del contacto con su Cristo Interno, con la
Luz y la Fortaleza de su propia Alma. “Los que nos dedicamos a la enseñanza
violaríamos una ley y obstruiríamos el desarrollo del aspirante si tratáramos
de imponerle condiciones que no son naturales, lo cual estimularía
excesivamente su naturaleza inferior. ¿Cuándo aprenderán que los Instructores y
discípulos avanzados que los tienen a su cargo, sólo trabajan con el Alma y en
los niveles mentales? ¿Cuándo comprenderán que hasta que el hombre no haya
hecho contacto con su propia alma y aprenda a actuar como mente controlada, muy
poco podemos hacer por él?.
El Maestro insiste mucho en
que el discípulo se convierta en un PENSADOR, que apoyándose en su propia Alma
y desarrollando la Voluntad trabaje por la humanidad. No es siguiendo a la
voluntad de otro sino desarrollando la propia, como se llega a ser Maestro. Nos
habla extensamente de la “Conciencia Grupal” y el trabajo destinado a
desarrollarla. Es un estado superior de
conciencia y también un paso intermedio hacia la Conciencia divina. El
Maestro nos enseña que la Autoconciencia es el amor a sí mismo; pero en el
reconocimiento de que cada conciencia es parte integrante de un todo mayor,
debe dar paso a la Conciencia Grupal, que es, amor a quienes nos rodean; y con
el tiempo, el amor se convertirá en el amor al todo, que es la Conciencia de
Dios.
La Conciencia Grupal en su
mayor expresión se conoce como Conciencia Búdica. Es la unión de varias
conciencias individuales a tal punto que constituyen una UNIDAD GRUPAL, con sus
propias características y capaz de funcionar como una entidad autoconsciente.
Ella es la que nos permite identificarnos con nuestro grupo egóico y
posteriormente llegar al ASHRAMA (Grupo) del Maestro que nos corresponde. En
los grupos espirituales se consigue el campo idóneo para el desarrollo de la
Conciencia Grupal.
El Maestro señala que para
convertirse en un verdadero Servidor Mundial y trabajar activamente en unión a
los Grandes Seres, para cumplir el Plan divino, es necesario tres requisitos: 1) Aprender a practicar la inofensividad. 2) No desear nada para el yo separado. 3) Ver la Divinidad en todo. Permite
que estos tres requsitos se conviertan en un mandato diario en tu vida y
comprobarás el poder que ellos encierran.
Desde mi corazón, la Paz y el Amor de Cristo Jesús sea en tu corazón.
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