El sendero del Amor

El sendero del amor es más grande que cualquiera de los otros, más grande que el sendero de la acción, del conocimiento o de la sabiduría, porque es el que debemos seguir primero. Sin embargo, es importante comprender que muchos de estos senderos tienen pequeños caminos laterales.
No todos siguen el mismo sendero. No nos corresponde juzgar a quienes eligen un camino recto o un camino que sube y baja atravesando valles y montañas o un camino sinuoso y escarpado. Y habrá algunos que no quieran recorrer solos su camino y prefieran que alguien los acompañe. Debemos admitirlo y no juzgar nunca a nadie diciéndole: “Ese no es tu camino”. La única actitud válida es preguntarnos: “¿Es este mi camino? ¿Es justamente el camino que debo seguir?

Si piensas que tu sendero es mejor, debes demostrarlo siendo mejor (no hablando mejor). Sé un ejemplo de tu propio sendero (de tu propia vida). Tal vez otros se sientan automáticamente atraídos por la energía que emana de ti y opten por seguir tu camino. Pero no trates de persuadir a nadie para que tome uno determinado. Si alguien te pide un mapa de ruta debes entregárselo, pero sin decirle cuál es el camino mejor. Puedes darle cuenta de los obstáculos que encontrará en un determinado momento, pero nada más. Recuerda que, sea cual fuere el sendero espiritual que elija, todos conducen a la misma meta: la iluminación y la conciencia total.