LA MUERTE NO EXISTE.
Como bien saben, hay una entrada en una vida más plena. Hay liberación de los obstáculos del vehículo carnal. El tan temido proceso de desgarramiento no existe, excepto en los casos de muerte violenta o repentina, entonces lo único desagradable es la sensación instantánea y abrumadora de peligro y destrucción inminente, y algo que se parece a un shock eléctrico. Nada más.
Para
los no evolucionados, la muerte es un
sueño y un olvido, porque la mente no
esta bastante despierta para reaccionar,
y el archivo de la memoria esta prácticamente vacío. Para el ciudadano
común y bueno, la muerte es la continuidad en su conciencia del proceso de la
vida, y lleva a cabo los intereses y tendencias de esa vida. Su conciencia y
sentido de percepción son los mismos e invariables. No percibe mucha
diferencia, esta bien cuidado, y a
menudo no se da cuenta que ha pasado por la muerte.
Para
el perverso y cruel egoísta, el criminal y esos pocos que viven únicamente para
el aspecto material, se produce esa situación
denominada “atados a la tierra”.
Los vínculos, que han forjado en la tierra, y la atracción hacia ella,
de todos los deseos, los obliga a permanecer cerca de las misma y de su último
medio ambiente terreno. Tratan desesperadamente por todos los medios posibles, de ponerse en contacto y volver a penetrar en
él. En contados casos, un gran amor
personal por quienes han dejado,
o el incumplimiento de un deber reconocido y urgente, mantienen a quienes poseen bondad y belleza, en semejante
situación.
Para
el aspirante, la muerte es la entrada inmediata en una esfera de servicio y de expresión a que esta
muy acostumbrado, percibiendo enseguida que no es nueva. En las horas de sueño ha desarrollado un campo
de servicio activo y de aprendizaje. Ahora sencillamente funciona en él durante
las veinticuatro horas (hablando en términos de tiempo del plano físico) en vez
de las breves horas de sueño en la tierra.
A
medida que pasa el tiempo y antes de finalizar el próximo siglo, se
comprobará que la muerte no existe tal como se la comprende
ahora. La continuidad de conciencia será
tan ampliamente desarrollada y tantos hombres de tipo elevado actuaran
simultáneamente en ambos mundos, que el
antiguo temor desaparecerá y el intercambio entre el plano astral y el físico
estará firmemente establecido y científicamente controlado, llegando a su fin,
felizmente, la actuación de los médium de trance.
El reinado del
temor a la muerte casi ha terminado, y entraremos pronto en un periodo de
conocimiento y seguridad, que socavara la base de todos nuestros temores.
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